Alejandro Ruiz
Si Felipe González, en su “visita cordial” a Caracas, hubiese convencido a Hugo Chávez de que permitiera la venta de la telefónica Cantv al magnate mexicano Carlos Slim(1), seguro que el rey Juan Carlos no hubiese mandado a callar al presidente venezolano. Porque, sin duda alguna, Juan Carlos es muy respetuoso con sus amigos y sus negocios.
Porque si algo ha aprendido ese muchacho que en 1955 paseaba con su hermano y su padre en un bote alquilado, es a transformarse en un rey muy respetuoso; tanto que hasta un yate propio le obsequiaron. Perdón, dos yates(2).
Qué su familia participe en negocios diversos y contrate con el Estado Español: el rey respeta la iniciativa de su familia, aunque él sea el Jefe de Estado.
Qué ciertas empresas españolas logren contratos de autopistas y aeropuertos en países de tradición monárquica o que el rey visita regularmente: el rey respeta el libre comercio, aunque sea bajo su influencia.
Qué un banquero le mantenga dos cuentas secretas en un banco intervenido por fraude: el rey respeta la discreción de sus colaboradores, aunque vayan presos.
Qué algunos de sus amigos y compañeros de escuela hayan sido enjuiciados por negocios turbios: el rey respeta a sus amigos, aunque sean mafiosos.
Qué el petróleo pueda ser un mejor negocio para el reino que la esclavitud colonial: el rey respeta la diversificación de oportunidades del mercado, aunque le salpiquen comisiones ilegales.
Qué la privatización de la basura de Caracas siga nutriendo a consorcios de la nobleza española: el rey respeta la autonomía de algunos alcaldes venezolanos, aunque irrespete al Presidente.
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Notas
(1) El ex presidente del Gobierno español visitó el despacho presidencial de Hugo Chávez el 29 de junio de 2006, sin motivo aparente. Al final de la reunión de cinco horas, Felipe González declaró a la agencia española EFE: "Hemos hablado de todo (…) en una conversación muy abierta y franca". Para la fecha estaba en discusión autorizar una importante negociación de acciones de la privatizada -en 1991- empresa telefónica Cantv, en manos de un consorcio estadounidense. El gobierno de Hugo Chávez no permitió la operación, cuyo principal interesado era el mexicano Carlos Slim, y meses después decidió renacionalizar la empresa de telecomunicaciones, al comprar el Estado venezolano las acciones mayoritarias.
(2) El último yate del rey está valorado en 28 millones de dólares (unos 18 millones de euros). Fortuna III es el nombre -muy apropiado- del obsequio que financiaron empresarios españoles del turismo, de la banca y de la construcción. La embarcación dispone de 7 camarotes, tiene 42 metros de eslora y puede alcanzar hasta 130 km/h de velocidad. Nada parecido al bote alquilado en el cual el joven Juan Carlos dio un paseo con su hermano y su padre por el lago Albuferca de Valencia, durante el verano de 1955. Ver nuestro artículo El día que el rey calló a su hermano
lunes, 31 de marzo de 2008
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