viernes, 20 de noviembre de 2009

Una revolución con errores ortográficos


Alejandro Ruiz

La ilustrada oposición venezolana que durante 40 años controló el poder absoluto sí sabía gobernar porque sabía escribir bien, no como esas “bandas del lumpen oficialista (…) y del bandalaje militar que hoy nos gobierna, incapaz de aprender y respetar el idioma que nos identifica”. Así nos ‘informa’ con nostalgia un editorial del diario El Nacional. Pero a veces sucede que hasta el más ruin calumniador se ahoga en su propio odio.

La burguesía y sus partidos asimilados gobernaron Venezuela tan bien que dejaron un millón y medio de analfabetas para que el gobierno de Chávez los alfabetizara y le facilitara el acceso gratuito a la universidad a otro tanto de excluidos.

Si algo no le perdona la burguesía y la ‘gente culta’ a Hugo Chávez y a sus humildes partidarios, además de los cambios políticos, económicos, sociales y culturales que se intentan construir, es que personas ‘inferiores’ a su estatus y refinado glamour ahora gobiernen este país petrolero, sin pedirles permiso. Y lo más grave -según esas eminencias de la oposición- es el sufrimiento de sentirse gobernados por seres ordinarios que cometen errores ortográficos, que no cultivan la gramática, no cuidan la sintaxis ni la caligrafía Palmer. En fin, verdaderas ‘hordas de la dictadura’ que torturan a la sociedad civil con semejante violación a los derechos humanos de su intelecto superior.

La matriz de opinión en los medios privados de difusión es diluir la realidad histórica de la lucha de clases y presentar la confrontación actual como una lucha entre su civilización y la barbarie revolucionaria, entre la modernidad neoliberal y el atraso del socialismo. La idea es tratar de reafirmar que la burguesía dominante es la inteligencia y que el pueblo insurgente es la ignorancia. El diario El Nacional es una muestra de esa campaña sistemática.

E n su editorial del 12-09-2009 (p. 8N), titulado “Oportunidad perdida”, las ilustres señorías de El Nacional se burlan de unas consignas que alguna vez pintaron en las paredes del Banco Central de Venezuela un grupo de seguidores del Presidente Chávez. Con saña y una risita de miembro de la Academia Venezolana de la Lengua, señalan:

Las pintas fueron escritas por “…las bandas del lumpen oficialista (…) La mayoría de estos ataques iban adornados con errores ortográficos muy propios del bandalaje militar que hoy nos gobierna, incapaz de aprender y respetar el idioma que nos identifica”.

Además, nos aseguran los guardianes de los paradigmas sintagmáticos que escriben en El Nacional, que tampoco los parlamentarios de la Asamblea Nacional saben escribir y por eso no hacen leyes tan buenas como las de antes. Por lo menos no redactan como lo hacían los bufetes de abogados de las transnacionales ni como los doctos constitucionalistas que redactaron el decreto dictatorial de Carmona en abril de 2002.

Uno de esos columnistas, en un artículo titulado “Pedagogía opresora” (EN, 26-09-2009, p. 9N), escribe que los diputados de la Asamblea Nacional (de amplia mayoría chavista) aprueban leyes “…sin siquiera reparar en los errores ortográficos ni en que la gramática…” sea cubana, debido a “…sus pocas habilidades para la vida…”. Claro, agregamos, no tienen las habilidades de los parlamentarios de antes, como Sánchez Bueno, Octavio Lepage, Paulina Gamus, Hilarión Cardozo o Luis Enrique Oberto.

En el diario El Nacional hasta los lectores son muy cultos, y también escriben artículos sobre “Analfabetismo funcional” para referirse al Presidente Chávez y a su gabinete de gobierno (EN, 18-09-2009, p. 8C). Porque “…si de comprensión de lectura y conocimiento hablan, entonces debemos decir que el país está conducido por una secta de iletrados ineficaces”.

LOCADEMIA VENEZOLANA DE LA LENGUA
Resulta que Miguel Henrique Otero, actual dueño de El Nacional, es un personaje tan preocupado por el buen hablar y el buen escribir que entre los directivos de su ultraderechista Movimiento 2D tiene a un individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua. También tiene en su periódico y en el M2D a miembros de otras academias, por eso sabe que los ‘chavistas’ y el gobierno de Chávez pretenden hacer una revolución con participación de “bandas del lumpen oficialista (…) incapaz de aprender y respetar el idioma que nos identifica”.

Nada comparable con la sabiduría de quienes gobernaron in illo témpore. Esos sí sabían gobernar porque sabían escribir bien.

Entonces, ¿cómo dudar de lo que se escribe en El Nacional? Gente tan culta y tan ilustrada que nos dice en un editorial, titulado “Guerra a la libertad” (18-09-2009, p. 8N), que la libertad de expresión es “…objeto de las más obsesivas agresiones por parte del Gobierno Bolivariano…”. Es decir, que la gente de oposición reaccionaria apenas si puede expresarse en este país y copar apenas el 75% de los medios masivos de difusión escrita, audiovisual y radial.

Pero, continúa el editorial, el problema es más grave, pues se trata de “un fantasma que recorre América del Sur”. ¡Y peor aún!, se trata de un fantasma intervensionista. Sí, escrito con s, y no tengo porque dudarlo si está publicado en El Nacional. Por eso invito al Presidente Chávez, a los chavistas y a todos los partidarios de la Revolución Bolivariana a leer el párrafo final de este editorial para “aprender y respetar el idioma que nos identifica”, como debe ser:

“Argentina ha marcado el paso de Venezuela. La ley aprobada pone en manos del Ejecutivo facultades intervensionistas que serán utilizadas de manera punitiva”.

Ya saben, que no se le ocurra a algún “lumpen oficialista” escribir en las paredes: “Fuera las bases intervencionistas yanquis de América del Sur”.

Que tampoco se le ocurra a algún integrante de la “secta de iletrados ineficaces” que hoy gobierna, “sin siquiera reparar en los errores ortográficos”, escribir: “El gobierno no aumentó el precio de la gasolina”. Debemos aprender de las verdades periodísticas y enseñanzas académicas de El Nacional, que el 16 de marzo 2009 tituló en primera plana y a cuatro columnas: “El gobierno no descarta aumentar presio de la gasolina”, con una flamante s.

Eso le pasa a estos operadores de la burguesía y del imperialismo por menospreciar al pueblo. Con tanto odio y petulancia escriben que las vísceras ocupan el lugar de las neuronas.

martes, 10 de noviembre de 2009

Chávez coincide con el Partido Comunista y critica duramente a funcionarios de su gobierno

Días antes un editorial del PCV cuestionó que después de 11 años se siga justificando la improvisación y la ineficiencia

Agencia Popular de Noticias.- En su acostumbrado programa semanal de radio y televisión, transmitido este domingo 8 de noviembre, el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, fustigó públicamente y con dureza a sus ministros, viceministros, gobernadores y alcaldes bolivarianos por el incumplimiento de las metas, la improvisación en la gestión gubernamental, la ineficiencia y el burocratismo en los diferentes niveles y organismos del Estado.

En la emisión del Aló Presidente Nº 343, desde la ciudad llanera de Acarigua, el mandatario nacional y líder de la Revolución Bolivariana criticó la falta de coordinación y planificación entre los altos funcionarios. “Tienen que planificar”, señaló al reclamar al poderoso ministro de Obras Públicas y Vivienda, el ex vicepresidente y ex gobernador Diosdado Cabello, la entrega de un lote de viviendas de apartamento sin haber culminado los correspondientes proyectos de empleo productivo y servicios comunitarios.

Además, en pleno acto plantó a dos viceministros para que respondieran por la demora en la ejecución de los proyectos. “Si no tienen la respuesta es mejor que digan ‘no sé’. Nada de justificaciones, de mentiritas, de ‘estamos en eso’, ‘está previsto’. Si yo fuera jefe directo de ustedes les apretaría más la tuerca; se necesita más disciplina revolucionaria, porque el pueblo espera soluciones y al final el responsable de todo es Chávez”, cuestionó ante las comunidades presentes, que aplaudieron la reprimenda pública

"Les pido que le den la cara al pueblo. Tenemos que asumir las fallas públicamente, es necesario asumir responsabilidades, eso hace un revolucionario”, exigió a los ministros, viceministros, gobernadores y alcaldes bolivarianos.

El Presidente Chávez también exhortó a revisar “cuánto se va en derroche, gastos, burocracia; debemos ser eficientes para impulsar el socialismo”. “Eso es otra cosa, a muy pocos los escucho hablando de socialismo, de revolución, se quedan en lo superficial. ¡Yo exijo compromiso!, y el que no pueda, compadre, que se vaya a reposar”, agregó, mientras les recomendaba a los altos funcionarios hacer un curso de planificación estratégica, así como leer y debatir sobre los clásicos del marxismo.

EN EL PUEBLO YA NO CALAN LAS JUSTIFICACIONES
Las duras críticas y autocríticas del propio Chávez coincidieron con un reciente editorial del Partido Comunista de Venezuela (PCV), aliado del mandatario venezolano desde su primera campaña electoral presidencial en 1998. El documento, publicado cuatro días antes del programa Aló Presidente en su periódico Tribuna Popular Nº 171, se titula “Ciertamente, si improvisamos, erramos” y está dedicado a la necesidad de planificar para no errar, parafraseando un pensamiento del maestro Simón Rodríguez.

El PCV señala que en diciembre de 2009 ya se cumplen “11 años del gran triunfo popular”. Y aunque reconocen que “lo mejor para Venezuela ha sido el inicio en 1998 de esta etapa cualitativamente nueva de la revolución nacional liberadora, que constituyó un quiebre en la política neoliberal”, advierten que “en un cada vez más grande sector de la población venezolana, ya no calan las justificaciones de ‘los cuarenta años de puntofijismo’, de los ‘gobiernos anteriores’, de los anuncios de ‘grandes planes, ejes, objetivos…”.

Los comunistas cuestionan que en los diversos niveles de gobierno no se realizan “verdaderas revisiones críticas –y sobre todo autocríticas– de lo que se hace”. Y que algunas veces se pretende “justificar la improvisación que prevalece en muchas de las denominadas políticas ‘estratégicas”.

Plantean que “nada más original, ante la anarquía del sistema capitalista, que la planificación socialista, (…) que garantice la satisfacción de las necesidades básicas de la sociedad”.