lunes, 12 de noviembre de 2007

Chávez y el rey: Había una vez...

El día que Juan Carlos de Borbón dijo algo que no le habían escrito

Pascual Serrano. Periodista español
Rebelión /Altercom

El pasado sábado 10 de noviembre, en la Sesión Plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana, asistimos a una bronca sin precedentes entre el presidente venezolano Hugo Chávez, el español José Luis Rodríguez Zapatero, el nicaragüense Daniel Ortega y el rey de España Juan Carlos I. “¿Por qué no te callas?”, le espetó el rey español al presidente venezolano, que había calificado de “fascista” a José María Aznar por su apoyo al golpe de Estado en Venezuela en abril de 2002.

Borbón, visiblemente alterado, abandonó el acto de clausura de la Cumbre Iberoamericana que se ha celebrado en Santiago de Chile para no escuchar las críticas que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, dirigió a la multinacional española Unión Fenosa. Por su parte, Rodríguez Zapatero reclamó a Chávez «respeto» para Aznar, destacando que «fue elegido por los españoles».

Repasemos el comportamiento de cada uno de los protagonistas

Hugo Chávez

Se ha dicho que no tenía sentido criticar a Aznar en una cumbre que abordaba la cohesión social de la comunidad iberoamericana, pero pocos informaron de que la intervención de Chávez previa al incidente era en respuesta a las palabras recién expresadas de Zapatero, quien afirmó que un país nunca podrá avanzar si busca justificaciones de que alguien desde fuera impide su progreso. El presidente venezolano mostró su desacuerdo y respondió que “no se pueden minimizar” el impacto de los factores externos, en referencia al apoyo de Aznar al golpe de Estado en Venezuela en el año 2002.

Se le acusa a Chávez de recurrir al insulto para dirigirse a Aznar y no respetar las formas y la educación. Pero no debemos olvidar cuál es el motivo de la indignación de Chávez: un gobierno quiere derrocar a un presidente legítimo y apoya un golpe de Estado y frente a eso la reacción es acusar al presidente de insultar al golpista. El mundo al revés.

También se ha vuelto a afirmar que no era el lugar ni el momento adecuado para la acusación. Eso mismo le dijo la derecha al ministro de Asuntos Exteriores español Miguel Ángel Moratinos cuando recordó en un programa de televisión la implicación del gobierno de Aznar en el golpe contra Chávez. ¿Cuándo es el momento para decirlo? No hay cumbres iberoamericanos bajo la temática “los golpes de Estados que se quisieron dar en América Latina y quiénes estaban detrás de ellos”, de modo que habrá que explicarlo en algún momento que los presidentes se reúnan y debatan.

Rodríguez Zapatero
El presidente español reaccionó molesto a las críticas de Chávez al ex presidente Aznar y recordó que fue elegido democráticamente. Un presidente puede tener la obligación de defender las instituciones de su país ante críticas extranjeras, pero no las políticas de otros gobernantes. Si el presidente de Venezuela hubiera embestido contra el Parlamento español, el Tribunal Supremo o cualquier otra institución la reacción de Zapatero habría estado justificada, pero lo que afirmaba Chávez sobre la participación española en aquel golpe, además de ser verdad, fue también reconocido y revelado por el ministro de Exteriores español primero en un programa de televisión y posteriormente en el Congreso de Diputados. No debería molestar nunca la verdad.

El presidente español se permitió también la impertinencia de afirmar ante los periodistas tras la cumbre que advertía al venezolano que esperaba que fuese "la última vez" que en un foro como la cumbre iberoamericana alguien actúa como lo hizo él con sus críticas al ex mandatario José María Aznar. ¿Por qué no puede un presidente denunciar en una cumbre el apoyo de un país a un golpe de Estado?

Zapatero volvió a estar desafortunado poco después en un mitin en Buenos Aires, donde dijo que en una reunión internacional, si alguien ataca y descalifica a tu compatriota, aunque éste sea un rival y adversario, "tú sales a defenderle" . ¿Debemos defender a Franco?, ¿también a los españoles que participaron y fueron condenados por los atentados de Atocha?, ¿deben los alemanes defender a Hitler?, ¿qué hacemos en Iraq con los iraquíes que defienden a su compatriota Sadam Hussein?, ¿qué haríamos con un saudí que defendiera a su compatriota Bin Laden?

Si Zapatero quiere defender a compatriotas lo que debería hacer es pedirle al fiscal general que apoye a los abogados de la familia Couso, que está pidiendo justicia por el asesinato del periodista José Couso por militares estadounidenses en Bagdad. Ahí es donde se debe ver la defensa de un presidente a sus ciudadanos.

Juan Carlos de Borbón
El rey de España por primera vez dijo algo espontáneo que previamente no había sido escrito por ningún asesor, ni Casa Real ni miembro del gobierno. Los españoles pudimos ver su capacidad analítica, nivel intelectual, conocimiento geopolítico, dotes diplomáticas y respeto a un gobierno legítimo en su expresión: "¿Por qué no te callas?". Numerosos medios y analistas comentan que el rey perdió los nervios; estoy convencido de que no los perdió, simplemente, por única vez, ha hablado por su propia boca y no repitiendo lo previamente indicado por nadie. Ya sabemos por lo tanto lo que puede dar de sí el Borbón cuando se lo deja solo. A algunos nos pareció estar oyendo en ese "¿Por qué no te callas?" el “Se sientan, coño” de otro militar español (Esa fue la expresión utilizada por el teniente coronal Antonio Tejero dirigida a los diputados en el intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981). Aunque quizás lo que alarmó a Juan Carlos de Borbón fueron los detalles secretos del golpe de Venezuela que estaba contando Chávez. ¿Pensó quizás que se acercaba a alguna revelación peligrosa?

Vayamos ahora a ver las reacciones

Partido Popular
A través de su secretario de comunicación, Gabriel Elgorriaga, aseguró que el incidente ha sido consecuencia "de la imprevisión, de la negligencia y de la falta de capacidad de actuación" del presidente Zapatero. ¿Creía Zapatero que defender el golpismo de Aznar frente a las verdades de Chávez le iba a granjear aplausos de la derecha?

Gaspar Llamazares
El coordinador de Izquierda Unida ha demostrado gran sensatez admitiendo que "puede discutirse la oportunidad de las formas", pero subrayó que "lo que no es discutible es lo dicho por Chávez sobre la implicación y el apoyo" del Gobierno de Aznar "a la intentona de derrocarlo en 2002”.

Para Llamazares, "lo que hace Chávez es decir la verdad", y que "a estas alturas alguien se escandalice" por censurar aquella maniobra "es, cuando menos, hipócrita".

Editoriales de El País y El Mundo
“También don Juan Carlos estuvo en su papel, puesto que el presidente venezolano cruzó con sus descalificaciones la línea de lo tolerable en una relación entre países soberanos”, decía el editorial de El País. Años criticando la mala educación y la ausencia de formas del presidente de Venezuela y aparece Juan Carlos de Borbón diciéndole "¿Por qué no te callas?" al presidente de otro país en el plenario de una cumbre y dicen los del diario global que “estuvo en su papel”. La sintonía con el editorial de El Mundo es absoluta: “al matonismo político del presidente venezolano, Hugo Chávez, que está contagiando a otros presidentes, como el nicaragüense Daniel Ortega. Y fue el Rey de España quien paró los pies al caudillo venezolano en presencia de todos los mandatarios iberoamericanos, diciéndole lo que hace mucho alguien le tenía que haber dicho”. "¿Por qué no te callas?", eso es lo que hay que decirles a los presidentes latinoamericanos cuando no nos gusta lo que dicen, según el criterio de este periódico. Además, entre un rey no elegido y un presidente elegido en las urnas, El Mundo reserva la consideración de “caudillo” para el segundo.

Diario Público
Dicen en portada que “Daniel Ortega también ataca a España” y lo vuelven a repetir en la página 2: “Los representantes de Nicaragua y Cuba también critican a España”. No es verdad, nadie atacó a España, Chávez criticó a Aznar y Daniel Ortega a Unión Fenosa. Ni Aznar ni esa empresa privada son España. Uno de sus analistas, Jesús Gómez, escribe: “Lo último que necesita la izquierda latinoamericana es una dosis extraordinaria de mesianismo y desprecio por la democracia y sus formas”. Lo preocupante es que no se refería a los golpistas de Estado contra Venezuela, sino a su presidente democrático.

El amotinamiento de los países dignos contra golpismos y abusos procedentes de presidentes y multinacionales españolas en esta cumbre nos debe hacer reflexionar a todos que ha llegado la hora de cambiar las relaciones entre la antigua metrópoli y América Latina. Las expresiones y avances hacia la unidad latinoamericana deben conllevar el alejamiento de una ex metrópoli que, con un jefe de Estado no electo que manda callar a los presidentes democráticos de América Latina y abandona las reuniones cuando no le gusta lo que oye, demuestra que no ha entendido que las cosas han cambiado. Si el gobierno de España va a esos encuentros a representar y defender a las multinacionales y a presidentes golpistas, este país europeo sobra en las cumbres latinoamericanas.

Cuando un joven se hace adulto e independiente, llega el momento en su vida en que debe dejar de invitar a sus cumpleaños y fiestas sociales a aquel compañero del colegio violento y bestia que le molestaba en el recreo.

América Latina debe elegir entre unidad y soberanía o metrópoli que le dice que se calle.- REBELION.ORG /ALTERCOM.ORG



Cuando Chávez, Morales y Ortega, “disfrazados de activistas, buscaron derrocar al Rey y a Aznar”

Pedro Echeverría V. Escritor Mexicano

1. Recuerdo muy bien, pues sólo hace cuatro años, cuando los tres "izquierdistas radicales" de América Latina (Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega) estuvieron a punto de derrocar al Rey Juan Carlos de Borbón y de paso al presidente José María Aznar. Los tres andaban disfrazados en las manifestaciones agitando contra los EEUU y el gobierno derechista de España. Además están en casi todos los periódicos de la época. El Rey Borbón, junto con Aznar del PP, estaba muy atento a la gran invasión que el gobierno de los EEUU preparaba contra el Iraq de Hussein. Ambos gobernantes peninsulares se adaptaban a las necesidades del presidente Bush y se disponían a prestarle una base española para que este poderoso gobernante se reuniera con el ministro inglés Tony Blair y el representante del PP electo tres años antes. La gente estaba en las calles gritando contra esos personajes mientras miles de policías buscaban impedir las protestas.

2. Aunque Zapatero por el PSOE encabezó algunas manifestaciones multitudinarias para exigir "paz" en Iraq y para criticar al gobierno del PP, la realidad es que el Rey y Aznar no dejaron de decir que entre los cientos de miles de manifestantes estaban anarquistas radicales embozados, agitadores comunistas (de verdad) y agentes de América Latina que representaban al gobierno de Venezuela y poderosas fuerzas radicales de oposición dirigidas por el indio Evo y el sandinista Ortega. Aquellas concentraciones convertían a Puerta del Sol y demás calles céntricas (durante tarde y noche) en verdadera romería contra el imperialismo yanqui y sus lacayos: el gobierno inglés y español. En la plaza de Puerta del Sol se celebraban mítines casi a diario durante un mes con presencia de estudiantes y trabajadores y la ancha avenida de la Gran Vía sirvió en varias ocasiones a policías u manifestantes para enfrentarse.

3. Durante esos enormes actos los jóvenes anarquistas y marginados (siempre vestidos de negro y con largo cabello sin alinear), la mayoría de ellos habitantes de los Okupas y barrios marginados, iban siempre adelante con las manos entrelazadas construyendo un poderoso cordón de seguridad para cubrir a los demás manifestantes de la brutal represión policíaca. Imposible ver a mujeres emperifolladas y hombres aristócratas que en España militan en el derechista PP y demás grupos franquistas. Como en todas las manifestaciones izquierdistas la féminas anarco/punk se encargaban de la repartición de volantes y del boteo. El fascista Aznar y el reyecito estaban realmente preocupados ante la permanente multiplicación de la oposición en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y, sobre todo el los países vascos. Nosotros estábamos plenamente convencidos que Aznar sería sacado del poder a patadas después del papel que jugó junto a Bush.

4. Por eso, quizá para vengarse de los fantasmas de Chávez, Morales, Ortega y quien sabe cuantos más "ultraizquierdistas" que le gritaban fascista a Aznar y le perdían respeto a "su majestad el Rey", exactamente doce meses después, el mismo presidente Bush y el señorito Aznar prepararon el golpe de Estado contra Chávez. Buscaron asegurar perfectamente la jugada para que los empresarios y las fuerzas armadas de adueñaran del Palacio Nacional de Venezuela obligando a Chávez a salirse del país y a pedir asilo y, si no, se autorizaba su ejecución. Fue la gran fiesta de las embajadas de los EEUU y España. Tanto Bush como Aznar y el Rey se pasaron varias horas casi pegados al teléfono. Al fin llegó la gran noticia: Chávez había sido derrocado y el empresario Carmona, junto con las fuerzas armadas habían tomado el poder. Inmediatamente los EEUU y España reconocieron al gobierno golpista ordenando una campaña contra Chávez.

5. Las calles de Caracas comenzaron a llenarse después que importantes sectores del pueblo fueron enterándose del golpe de Estado fascista. Las agencias norteamericanas de noticias que dominan en todos los medios de información desataron una gran campaña vomitando mierda contra Chávez y los poderosos empresarios de cada país recibieron órdenes de los grandes grupos de la banca internacional para que presionen a sus gobiernos para reconocer al nuevo gobierno "democrático". Las protestas contra el golpe de Estado se extendieron a las más importantes ciudades; los sectores de trabajadores más pobres, los desempleados y marginados comenzaron a presionar con gran fuerza en Caracas haciendo temblar a los empresarios. En EEUU y España los gobiernos recibían noticias cada minuto y las embajadas de esos países (llenas de agentes policíacos del FBI, la CIA, la INTERPOL, etcétera) estaban llenas de personal golpista.

6. La radio comunitaria (recién organizada por el chavismo) no cesaba de exhortar al pueblo para defender su revolución. El activismo de las y los jóvenes campesinos y obreros creció de manera autogestiva respondiendo una vez más a los dictados de su conciencia. Varios países, en primer lugar Cuba de Fidel Castro, protestó dignamente contra el golpe de Estado y ofreció todo su apoya a Chávez. La mayoría de los gobiernos endeudados y sojuzgados por los EEUU, entre ellos México, sólo esperaba una orden para reconocer al gobierno golpista venezolano. En tanto Chávez hacía trabajar su cerebro al ritmo de mil por segundo mientras las masas salían a las calles en apoyo al líder de la Revolución Bolivariana. De pronto, 48 horas después Chávez recupera el poder y el mundo parece no entender lo que pasó. Venezuela volvía a la normalidad y el pueblo, en gigantesca concentración de masas aplaudía a Chávez.

7. El pasado sábado, el reyecito que dilapida una parte de la riqueza española, se enojó porque Hugo Chávez respondió al presidente Zapatero que en su turno (para no culpar a las empresas españolas de Nicaragua, Argentina y otros países que saquean las riquezas de países pobres) dijo que la intervención externa no perjudica la política interna de los países. Fue entonces cuando Chávez planteo el fascismo de los EEUU y del gobierno español anterior, de Aznar, que organizaron el Golpe de Estado en Venezuela y luego inmediatamente reconocieron al gobierno golpista. Por eso el reyecito quiso callar a Chávez y se salió de la reunión. No hay que confundir la diplomacia con la putería. En las reuniones siempre hay que denunciar la verdad con datos fehacientes y Aznar está más que probado que es un fascista. Ahora hay que ver cuál fue la participación del reyecito en la invasión de Iraq y en el Golpe de estado en Venezuela. Mientras tanto los fantasmas de Chávez, Morales y Ortega seguirán persiguiendo al gobierno español.

8. Son tan derechistas los gobiernos de España que no solo persiguen y asesinan a los independistas del ETA, ilegalizan al partido electoral Hery Batasuna, sino que también castigan a los que dibujaron en bello y placentero acto sexual a los herederos del trono. Pareciera que el dictador asesino Francisco Franco sigue gobernando tras el trono y que la República libertaria de los treinta nunca existió. Muchos creímos que España, por ser cuna de poetas, literatos y artistas, después de la muerte del dictador, se convertiría en el país más libertario del mundo. Nada de eso. Es posible que ante la cerrazón política e ideológica se esté buscando en serio el surgimiento de una vía violenta de verdad. ¿De qué democracia habla el PSOE, el PP y el Rey si la llamada libertad que aplican es sólo para los dueños del capital? Elegir cada cuatro, cinco o seis años a un gobernante no es democracia, es sólo cambiarle de cara a los representantes de los mismos explotadores.

pedroe@cablered.net.mx

domingo, 11 de noviembre de 2007

Diez días que estremecieron al mundo y la Revolución Bolivariana

■Alejandro Ruiz

¿Qué revolución es esa a la cual Hugo Chávez invita hoy a rendirle tributo?

Sábado 10 de noviembre de 2007. Ha culminado la Cumbre Iberoamericana de Gobiernos, y en el Estadio Nacional de Chile se congregan partidarios de izquierda; a mitad de su discurso el Presidente de Venezuela, con su voz algo ronca, exclama: “¡Vamos a rendirle tributo a la revolución rusa, a los bolcheviques y a su gran líder, Lenin; que hace 90 años hicieron esa hazaña!”.

El surgimiento de la primera revolución socialista del mundo lo narra el periodista estadounidense John Silas Reed, en su libro Diez días que estremecieron al mundo. Ese libro tiene un valor literario, histórico y político apasionante; aún para los originalistas de “inventamos todo o erramos” o para los contrarios al socialismo.

Escrito por un egresado en literatura de la Universidad de Harvard, que vivió la agitación y el desarrollo inicial de la llamada Revolución Socialista de Octubre; relata, con una visión general, la cotidianidad de cómo los Consejos de Obreros, Campesinos y Soldados alcanzaron el poder en Rusia el 7 de noviembre de 1917, bajo la dirección política y militar de los comunistas. ¡Sí, los comunistas!

Algunos pasajes del libro pudieran servir de referencia para comprender mejor la Revolución Bolivariana en Venezuela y los acontecimientos que hace 90 años antecedieron al llamado Socialismo del Siglo XXI; tan auténtico como lo es cada país, cada tiempo histórico y cada correlación de fuerzas en pugna. Aunque siempre hay “inventos” que ya están patentados por la historia, a favor y en contra de una revolución socialista o que pretenda serlo, sin importar que se acceda al poder por la vía pacífica o armada.

La Constituyente de 1917, la Constitución del 1999
En su prefacio de Diez días que estremecieron al mundo, John Reed incita a la lectura con algunas preguntas. Entre éstas, por qué los bolcheviques, que defendieron la Asamblea Constituyente de 1917, ahora, al calor de una inminente revolución socialista, la disolvieron. Y por qué la burguesía, hostil a la Asamblea Constituyente de 1917 hasta la aparición del peligro bolchevique, ahora la defendía.

Hoy la pregunta es similar ante el debate sobre la reforma constitucional en Venezuela; por qué los revolucionarios, que defendieron la Constitución de 1999, ahora, al calor de una inminente revolución socialista, la reforman. Y por qué la burguesía, hostil a la Constitución de 1999 hasta la aparición del peligro socialista, ahora la defiende.

La respuesta a la esencia la aporta allí mismo John Reed:
“Las clases poseedoras querían una revolución solamente política que, arrancando el poder al zar, se lo entregara a ellas. Querían hacer de Rusia una república constitucional (…). Ahora bien, las masas populares querían una verdadera democracia obrera y campesina”.

Cualquier parecido…
“Muchos autores han justificado su hostilidad al Gobierno soviético pretextando que la última fase de la revolución no fue otra cosa que una lucha defensiva de los elementos civilizados de la sociedad contra la brutalidad de los ataques de los bolcheviques (resaltado nuestro).

“Ahora bien, fueron precisamente esos elementos, las clases poseedoras, quienes, viendo crecer el poderío de las organizaciones revolucionarias de las masas, decidieron destruirlas, costase lo que costase, y poner una barrera a la revolución.

“Dispuestos a alcanzar sus objetivos, recurrieron a maniobras desesperadas. Para derribar el ministerio Kerenski y aniquilar a los Soviets, desorganizaron los transportes y provocaron perturbaciones interiores; para reducir a los comités de fábrica, cerraron las fábricas e hicieron desaparecer el combustible y las materias primas; para acabar con los comités del ejército restablecieron la pena de muerte y trataron de provocar la derrota militar”, continúa Reed.

Bien vale la pena preguntarse 90 años después: ¿Es diferente u original la conducta de las clases poseedoras ante la posibilidad de una revolución socialista?

Alguien pudiera escribir hoy, parafraseando al autor del libro:
Muchos autores y dueños de medios de difusión masiva han justificado su hostilidad al Gobierno Bolivariano pretextando que la última fase de la revolución no fue otra cosa que una lucha defensiva de los elementos de la sociedad civil contra la brutalidad de los ataques de los ‘chavistas’.

Y así por el estilo, cada quien puede hacer su ejercicio literario. Cambiemos el nombre del país y el tiempo histórico, y tendremos la misma conducta de la burguesía y sus aliados: sabotaje económico, golpe de estado, lucha “no violenta”, acaparamiento y otros “inventos” aplicados y por aplicar contra la Revolución Bolivariana, cuando se evidenció que era algo más que una revolución política.

Podemos, Baduel y otros hace 90 años
Entre la burguesía y los bolcheviques -explica el periodista estadounidense- “se encontraban los llamados socialistas ‘moderados’, que incluían a los mencheviques, a los socialrevolucionarios y algunas fracciones de menor importancia. Todos estos partidos estaban igualmente expuestos a los ataques de las clases poseedoras, pero su fuerza de resistencia se hallaba quebrantada por sus mismas teorías”.

“Los mencheviques y los socialrevolucionarios consideraban que Rusia no estaba madura para la revolución social y que sólo era posible una revolución política.

“Y finalmente, cuando los bolcheviques echaron abajo todo ese hueco edificio de compromisos, mencheviques y socialrevolucionarios se encontraron en la lucha al lado de las clases poseedoras. En todos los países del mundo, poco más o menos, vemos producirse hoy el mismo fenómeno”.

Está reseñando a las fuerzas políticas existentes en la Rusia de 1917, en apenas el prefacio del libro, firmado en Nueva York, el 1º de enero de 1919. Lo mejor viene después, en doce capítulos interesantes, en género de crónica literaria.

Antes que la revolución, el caos
En el Capitulo I, “Los orígenes”, relata como un alto dirigente de un partido de la burguesía liberal prefería la destrucción económica del país, antes que la revolución:
“Me declaró que el hundimiento económico formaba parte de una campaña destinada a desacreditar la revolución. Un diplomático aliado, cuyo nombre he prometido callar, me confirmó el hecho. Sé también que cerca de Jarkov, los propietarios de unas minas las incendiaron e inundaron; que en Moscú, ingenieros textiles, antes de abandonar las fábricas, inutilizaron las máquinas, y que unos obreros sorprendieron a ciertos funcionarios de los ferrocarriles en flagrante delito de sabotaje a las locomotoras(resaltado nuestro).

También se pudiera escribir ahora, algo así:
En diciembre del año 2002, que en Venezuela, ingenieros petroleros, antes de abandonar las fábricas, inutilizaron las máquinas, y que unos obreros sorprendieron a ciertos funcionarios de PDVSA en flagrante delito de sabotaje a las computadoras.

“Los especuladores -continúa explicando el primer capítulo- se aprovechaban del desorden general para amasar fortunas que dilapidaban en orgías fantásticas o en pagar a los funcionarios. Acaparaban stocks de víveres o de combustibles y los exportaban clandestinamente a Suecia. Durante los cuatro primeros meses de la revolución, las reservas de víveres de los grandes almacenes municipales de Petrogrado fueron saqueadas casi a la vista de todos, hasta el punto de que la reserva de trigo para dos años resultó casi insuficiente a las necesidades de un mes. Según el informe oficial del último ministro de Abastecimientos del Gobierno provisional, el café se compraba al por mayor en Vladivostok a dos rublos la libra, y el consumidor lo pagaba a trece en Petrogrado”.

Cambian los tiempos y el espacio, no la esencia de la lucha de clases.

Una revolución sin azúcar y sin leche
Los empresarios para evitar la revolución de los comunistas, acaparaban o destruían su propia producción de alimentos básicos.

En un párrafo digno de ser remitido al Indecu y al Seniat, narra John Reed:
“Se tenía derecho a dos libras de azúcar mensuales, pero era casi imposible encontrarla. Una tableta de chocolate o una libra de caramelos insípidos costaban de siete a diez rublos, más o menos un dólar. Sólo había leche para menos de la mitad de los niños de la ciudad; la mayor parte de los hoteles y de las casas particulares no la veían desde hacía meses. En plena temporada de frutas, las manzanas y las peras se vendían en las esquinas de las calles a poco menos de un rublo cada una. Para conseguir leche, pan, azúcar o tabaco era preciso hacer cola durante horas bajo la lluvia glacial”.

No olvidemos que hablamos de Rusia, año 1917.

Que nos invadan, pero camarada jamás
La mentalidad burguesa y pequeñoburguesa se resistía en medio del fragor de la revolución de los obreros, campesinos y soldados. Preferían la invasión de una potencia extranjera, antes que el triunfo de la revolución.

“Las mujeres de los funcionarios se reunían por las tardes a tomar el té, llevando cada una en su manguito una cajita con azúcar, de oro o plata, ornada de brillantes, y media hogaza de pan. Estas damas suspiraban por la vuelta del zar, por la llegada de los alemanes y, en fin, por todo aquello que pudiera resolver la crisis del servicio doméstico. La hija de un amigo mío sufrió un día un ataque de histeria, porque la cobradora de un tranvía la había llamado camarada”.

Hasta los mesoneros se alzaron
En Diez días que estremecieron al mundo, se describe la nueva situación de sectores marginados. La autoestima y la dignidad humana por primera vez llenaban en masa los corazones y las mentes de los más excluidos.

“Las criadas, a quienes antes se trataba como a bestias y apenas se les ‘pagaba’, estaban emancipándose (…) Los camareros de los hoteles y restaurantes estaban también organizados y se negaban a recibir propinas. En las paredes de los restaurantes había inscripciones como ésta: ‘No se admiten propinas’. Como esta otra: ‘Porque un hombre esté obligado a ganarse la vida sirviendo a otros en la mesa, no es necesario insultarlo ofreciéndole una propina”.

La primera Misión Cultura
“Rusia entera aprendía a leer: leía asuntos de política, de economía, de historia, porque el pueblo tenía necesidad de saber (…) La sed de instrucción, tan largo tiempo refrenada, se convirtió con la revolución en un verdadero delirio. Sólo del Instituto Smolny salieron cada día, durante los seis primeros meses, toneladas de literatura, que, ya en carros, ya en vagones, iban a saturar el país. Rusia absorbía, insaciable, como la arena caliente absorbe el agua. Y no grotescas novelas, historia falsificada, religión diluida o esa literatura barata que pervierte, sino teorías económicas y sociales, filosofía, las obras de Tolstoi, de Gogol, de Gorki”.

Seguidamente John Reed ilustra esta dramática escena:
“Visitamos el frente del 12º ejército, detrás de Riga. Pálidos, descalzos, los hombres se consumían sobre el lodo eterno de las trincheras. Enderezándose a nuestro lado, los rostros contraídos, la piel azulada por el frío asomando por entre los desgarrones de la ropa, nos preguntaron ávidamente: ‘¿Ha traído usted alguna cosa para leer?”.

Para finalizar, Lenin se puso en pie
Vale la pena leer o releer Diez días que estremecieron al mundo, sin complejos, y tomar nota de las similitudes y diferencias, de lo general y de lo particular de cada proceso histórico.

Porque una revolución verdadera es una hazaña permanente en un espacio y tiempo concreto, que se nutre de un acumulado histórico y de la creación heroica diaria. Tan similar y tan distinta a la vez, como lo es el ADN de cada ser humano. Digo esto -que a veces suena necio decirlo-, cómo si fuese posible de otra forma.

John Reed nos revela el surgimiento de la primera revolución socialista del mundo, como testigo que vivió dentro de ella, Así, en el Capítulo V nos relata como en medio del acalorado debate sobre el curso de los acontecimientos, un día después de la insurrección revolucionaria del 7 de noviembre de 1917, en el Congreso de los Soviets se escuchaban los discursos y las dudas de los más diversos oradores; mientras en las calles contiguas los fusiles y ametralladoras todavía gritaban.

Ante esta escena, John Reed agrega, con su narrativa categórica:
“Finalmente, Lenin se puso en pie. Manteniéndose en el borde de la tribuna, paseó sobre los asistentes sus ojillos semicerrados, aparentemente insensible a la inmensa ovación, que se prolongó durante varios minutos. Cuando ésta hubo terminado, dijo simplemente: -Ahora procederemos a la edificación del orden socialista”.■

miércoles, 7 de noviembre de 2007

En exclusivo club servían comida de Mercal

■Noticias

Puerto Ordaz/Caracas.- Si usted es uno de los privilegiados socios de alguno de los clubes de comunidades europeas en Venezuela, pregunte por el origen de los productos de la comida que ofrecen.

Es posible que el exquisito restaurante esté aprovechando el subsidio alimentario del gobierno nacional, destinado a los sectores populares. Quizá, usted pudiera estar comiendo lo mismo que compran los 15 millones de personas beneficiadas por la Misión Alimentación, y que no son aceptadas en su club, salvo como obreros o empleados.

De acuerdo a una investigación que adelanta la Comisión de Desarrollo Social del Consejo Legislativo del Estado Bolívar, sobre casos de corrupción en la red Mercal de la entidad; en el restaurante del exclusivo Centro Ítalo Venezolano de Puerto Ordaz se decomisaron más de cien kilos de arroz, carne, pollo, aceite, leche y azúcar de Mercal. Los alimentos eran utilizados regularmente para preparar el menú que ofrecían a los socios, a elevados precios.

El club, con una membresía de 2.900 socios, está catalogado como uno de los más elitistas y de mejores instalaciones en Venezuela. Consta de un anfiteatro, zona de espectáculos para eventos con artistas nacionales e internacionales, campo de golf, campo de fútbol, campo de softbol, canchas de tenis, canchas de voleibol, piscina olímpica con tobogán, marina y muelle para botes e hidroavión, entre otras áreas recreativas.

La denuncia había sido presentada por el sindicato de trabajadores de la misión gubernamental, señala el informe parlamentario. La averiguación también destaca que los alimentos subsidiados se desaparecen o desvían hacia ciertos comercios, supermercados y buhoneros, perjudicando al pueblo. Al respecto, el Indecu y la policía científica han iniciado las actuaciones legales para determinar responsabilidades.
Por lo menos dos conclusiones se desprenden de este caso: la buena calidad de los productos Mercal y la falta de escrúpulos de algunos comerciantes y funcionarios.

Muchas denuncias, pocos presos
El presidente de Mercal, Félix Osorio, informó en la sede del Ministerio de Alimentación, que entre los hechos de corrupción más detectados está la desviación de productos con fines de lucro y el sobreprecio en los propios establecimientos de la red.

Refirió que este año se han recuperado 39 toneladas de alimentos mediante decomiso. La red distribuye unas 126 mil toneladas mensuales, en bodegas mercalito, en locales tipo I, II y supermercal y en jornadas de megamercal en las principales ciudades del país.

“Cuando llegué a Mercal había 110 casos denunciados, a la fecha hay ya 340 casos en la Fiscalía”, destacó Osorio. Sólo 11 de estas denuncias han recibido sentencia, por las cuales 13 personas cumplen condena. Gerentes, trabajadores, comerciantes y hasta cooperativas han sido señalados en casos de corrupción contra Mercal y la población necesitada.■APN