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viernes, 24 de septiembre de 2010

Oposición paga aviso racista contra jefe de campaña del PSUV-PCV

Pablo Medina llama “bacalao negro” a Aristóbulo Istúriz


Alejandro Ruiz

El candidato de los partidos de oposición al parlamento por el Distrito Capital, Pablo Medina, publicó este jueves 23 de septiembre 2010, en el diario Últimas Noticias, un mensaje a página completa en el cual convoca a sufragar por aquellos “que no sean esclavos del jefe de gobierno” y llama “bacalao negro” al candidato chavista por esa circunscripción, en clara alusión al profesor Aristóbulo Istúriz, un afrodescendiente, y quien es el jefe nacional de campaña de la alianza revolucionaria PSUV-PCV.

Medina, dirigente de la alianza derechista MUD, aspira un puesto a la Asamblea Nacional con los votos de zonas populares de la capital venezolana, donde también está postulado Istúriz, ex ministro de Educación y vicepresidente del partido del Presidente Chávez.

En el aviso, pagado como publicidad electoral en el diario de mayor circulación nacional, Pablo Medina aparece en una fotografía junto al también candidato opositor por Caracas, Stalin González. Seguidamente, en un extenso y virulento texto titulado “¡Vamos mi gente!”, arremete contra el Presidente de la República, despotrica de los candidatos de la alianza del Partido Socialista Unido de Venezuela y el Partido Comunista de Venezuela (PSUV-PCV) e incita a la Fuerza Armada a la rebelión el día de las elecciones.

Paradójicamente, los dirigentes de la oposición afincaron su campaña a la Asamblea Nacional en llamar “A votar contra el odio”, “Para vivir y progresar en Paz” y publicando en la prensa que “En Venezuela queremos Paz, respeto, tolerancia y democracia”. En los diversos medios de difusión y en reuniones se presentaron como alternativa de inclusión y de amor al prójimo. Mientras, no se cansaron -ni se cansan- de acusar al mandatario venezolano y a los candidatos de la alianza revolucionaria PSUV-PCV de fomentar la intolerancia, el discurso violento y dividir al país.

Sin embargo, llegando al final de la contienda electoral que este próximo 26 de septiembre 2010 definirá los 165 integrantes del Parlamento Nacional, se han desatado los demonios en el campo de la contrarrevolución en Venezuela, mostrando su verdadera esencia y saña. Los candidatos opositores no pudieron disimular mucho tiempo, con su discurso fingido de peace and love, “los amamos a todos, voten por mí”.

Es realmente vergonzoso, contrario a todas las normas de contiendas electorales y a los derechos ciudadanos consagrados en la Constitución Nacional, el libelo publicado el último día de campaña con la firma del candidato opositor Pablo Medina en el diario Últimas Noticias (23-09-2010, p.43). Ni siquiera su copartidario del ultraderechista Movimiento 2D, Miguel Henrique Otero, se atrevió a insertarlo como publicidad en el diario El Nacional.

La propaganda pretendidamente electoral de la oposición increpa y difama al Presidente Chávez, como ya es su costumbre: “…el dinero que pertenece a todos los venezolanos, lo robas…”.

Además, mostrando de donde proviene el mensaje provocador, señala: “…sólo una foto de muertos arrumados en la morgue escandaliza y activa a tu aparataje de arrodillados…”.

Al principio de la publicación se llama a votar por diputados “…que no sean esclavos del jefe de gobierno”. Y luego, casi al final, la oposición lanza lo más despreciable, instigador y racista de su discurso, aludiendo primeramente al Presidente de la República y luego al candidato Aristóbulo Istúriz, por el color de su piel:

“Tú [Chávez] y tus compinches se las tiran de vivos lanzando retos al pueblo opositor (…) ¿Por qué tu bacalao negro, después que lanzó el reto a debatir no tuvo la misma agalla (…) Te advierto, nosotros si vamos a defender democráticamente el voto y la FAN [Fuerza Armada Nacional] institucional estará con el pueblo venezolano”.

La campaña electoral ha terminado, el desprecio de la oligarquía y sus mercenarios no. Que no lo olvide el glorioso pueblo bolivariano de Venezuela.

viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Y si votamos por los comunistas?

Alejandro Ruiz

Por primera vez en sus casi 80 años de historia, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) ocupa un lugar destacado en el tarjetón electoral: arriba y a la izquierda, justo al lado del mayoritario Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El otrora lugar reservado a los partidos burgueses AD, Copei y el reformista MAS, ahora corresponde a las fuerzas de la Revolución Bolivariana, y eso no es poca cosa en la batalla política-electoral.

Gracias a la alianza perfecta entre socialistas y comunistas para las próximas elecciones legislativas del 26 de septiembre, todos los candidatos del PSUV son los mismos del PCV, en voto lista y nominal, en todos los estados del país. Votando por las tarjetas del PSUV o del PCV se vota por los mismos candidatos.

Entonces ¿por qué votar por los comunistas? ¿No es lo mismo?

Es lo mismo electoralmente hablando, pero cada voto por el PCV tendría una cualidad distinta en la batalla para profundizar la Revolución, para combatir a la contrarrevolución y a las tendencias reformistas.

En lo personal, una sola razón sería suficiente para votar por los comunistas: los dirigentes del PCV están dispuestos a correr la misma suerte de sus militantes y el pueblo humilde, y así lo asumen en su modo de vida. A veces hasta el sacrificio de morir por su causa.

Pero, además, hay otras razones. Cada voto por los comunistas del PCV sería un reconocimiento a su trayectoria y consecuencia, desde su fundación en 1931, en la lucha por el Socialismo; a su lealtad con el Comandante Chávez desde que apoyaron su candidatura presidencial en febrero de 1998.

Mientras algunos que se decían acríticamente fieles al Presidente Chávez le han traicionado y desertado a las filas de la oposición y del imperialismo, los dirigentes y militantes del PCV se han mantenido consecuentes en estos 11 años de Gobierno Revolucionario. Siempre su bandera con el Gallo Rojo ha estado presente, sin exigir cargos ni privilegios burocráticos para apoyarle.

Cada voto por la tarjeta del PCV es un voto contra los renegados de ayer y contra los traidores de hoy con sus teorías del “socialismo democrático”, al estilo de Podemos, y del “socialismo productivo”, del extraviado PPT, que como partidos aliados medraron del Gobierno y todo les parecía bien y perfecto, pero que ahora coinciden con la derecha más rancia en sus ataques desmedidos contra Chávez y la Revolución.

Cada voto por los comunistas es, también, un voto para la sincera y constructiva crítica revolucionaria a las fallas y errores en el desarrollo de la gestión de gobierno.

Además, cada voto por el PCV es un voto para impulsar leyes revolucionarias pendientes, que contribuyan a transformar las relaciones sociales de producción y a construir la hegemonía del sistema socialista sobre la realidad capitalista actual, como la Ley de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, para ejercer el control de la clase obrera en las empresas públicas y privadas existentes.

Es votar por quienes han impulsado insistentemente en la Asamblea Nacional y en la calle la aprobación de una Nueva Ley Orgánica del Trabajo, que establezca estabilidad laboral general y absoluta; reducción de la jornada de trabajo; retroactividad para el cálculo de las prestaciones sociales; incremento del periodo de reposo pre y postnatal.

Votar por los comunistas es votar por su propuesta de nacionalización y socialización de todo el sistema bancario y financiero del país, con mecanismos de participación de sus trabajadores en el control de la gestión. Y así acabar de raíz la podredumbre financiera que estafa a sus clientes-víctimas y se aprovecha de la renta petrolera.

Porque votar por los comunistas es fortalecer la corriente internacional que más se ha comprometido y batallado en defensa de la Revolución Bolivariana en todos los países del mundo. Mientras los llamados partidos socialistas de varios continentes y la Internacional Socialista se unen con la derecha para atacar a Chávez y su gobierno, los comunistas le defienden con fervor en Europa, Asia, Norteamérica, Suramérica, África y Oceanía.

Y porque cada voto por el PCV será como una pedrada en los dientes de la campaña anticomunista y contrarrevolucionaria del Cardenal Urosa y la cúpula eclesiástica antipatriota. Será como una pedrada en los dientes de los mentirosos del canal Globovisión, del diario El Nacional y demás medios privados.

Cada voto por los comunistas será un misil al hígado del imperialismo y sus lacayos. Y si son muchos los votos, le entraría un buen sustico a la burguesía. Como mínimo.

viernes, 19 de febrero de 2010

El Manifiesto Comunista, la lucha de clases y el mito de la propiedad privada

Apuntes para debatir el socialismo, y de quitar y nombrar ministros en la Revolución Bolivariana


Alejandro Ruiz

INTRODUCCIÓN
El Manifiesto del Partido Comunista fue escrito por Carlos Marx y Federico Engels en forma de folleto para la agitación política entre los obreros, y publicado por primera vez en febrero de 1848.

El Manifiesto nació como un programa teórico y práctico de la Liga de los Comunistas, una organización para la lucha de los obreros a escala internacional.

Los propios autores advierten que El Manifiesto no es una receta: “…la aplicación práctica de estos principios dependerá en todas partes y en todo tiempo de las circunstancias históricas existentes…”.

Además, debemos considerar que es una obra escrita hace 162 años y que, como dicen Marx y Engels en el prefacio a la edición alemana de 1872, muchas circunstancias han cambiado “…por efecto del inmenso desarrollo experimentado por la gran industria (…), con los consiguientes progresos ocurridos en cuanto a la organización política de la clase obrera, y por el efecto de las experiencias prácticas de la revolución…” vivida en diversas partes del mundo y en diferentes épocas.

Sin embargo, en el marco de estas advertencias y recomendaciones para comprender su lectura y “aplicación práctica” -y precisamente por ellas-, en lo esencial, El Manifiesto continúa siendo una obra política de enorme valor y vigencia para la interpretación y transformación de la sociedad actual del capitalismo neoliberal en crisis.

El Manifiesto es una obra universal que sigue generando controversias y luces para la emancipación del proletariado moderno y de todas las clases y grupos sociales oprimidos.

El Manifiesto comienza con la frase: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”. Y termina con una consigna que se hizo esperanza de millones de seres humanos: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”.

1.- LA LUCHA DE CLASES MOTOR DE LA HISTORIA
El Manifiesto, en su primer capítulo, hace un recuento de la historia de la humanidad hasta el surgimiento del capitalismo, revelándola como una historia de la lucha de clases entre explotadores y explotados.

A excepción de la comunidad primitiva -sin clases sociales ni propiedad privada-, que era como vivían las antiguas tribus y nuestros aborígenes; toda la historia humana ha sido de lucha y confrontación entre opresores y oprimidos.

A pesar de esta realidad, cada modo de producción, cada régimen de propiedad, se ha considerado a sí mismo como el justo y necesario para el bien de la sociedad, y esa materialización económica de la opresión ha sido sustentada en la correspondiente ideología de la clase dominante, que se expresa en la legalidad, la moral, la ética, la religiosidad, la educación y la cultura preponderante en cada período histórico.

Primero surgió la sociedad esclavista, con el señor libre como opresor y el esclavo como oprimido.

En la antigua Grecia, conocida como la ‘cuna de la democracia’, 400 mil esclavos trabajaban para producir lo que disfrutaban 90 mil ‘ciudadanos libres’, quienes eran los únicos beneficiarios de esa ‘democracia’ de pocos.

De la sociedad esclavista emergió la sociedad feudal, con el señor feudal y los patricios como opresores y los siervos de la gleba y plebeyos como oprimidos.

Luego, con la Revolución Francesa, se inició el derrumbe de la sociedad feudal y brotó la moderna sociedad burguesa, la sociedad capitalista, con los burgueses, los capitalistas, como opresores y los proletarios, los obreros y demás trabajadores, como oprimidos.

Con el surgimiento del capitalismo, “la gran industria creó el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América. El mercado mundial imprimió un gigantesco impulso al comercio, a la navegación, a las comunicaciones por tierra” y la burguesía “…iba desplazando y esfumando a todas las clases heredadas de la Edad Media”, explican Marx y Engels (Esta cita textual y todas las siguientes corresponden a El Manifiesto del Partido Comunista, salvo una indicación de otra obra).

La sociedad burguesa, a pesar de su modernidad, “…no ha abolido los antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas”. Es decir, la confrontación entre explotadores y explotados se mantiene, con nuevas formas.

En América y en los demás países llamados subdesarrollados la situación resultó más compleja que en la ‘civilizada’ Europa, debido a un sistema impuesto que combinaba históricos modos de producción; desde el comunismo primitivo de nuestros aborígenes arrasados por la conquista, pasando por el decadente esclavismo coexistiendo con el feudalismo y posteriormente éste con formas del naciente capitalismo de las metrópolis imperiales, durante casi cuatro siglos.

No fue sino hasta 1854 que en Venezuela se abolió formalmente la esclavitud, esa anticuada forma de opresión del ser humano como propiedad permanente de otro. Luego a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se vino instaurando el modo de producción capitalista con el primer chorro de petróleo, la explotación intensiva de minerales y otras materias primas, como la producción agrícola; pero surgía como un capitalismo dependiente y subdesarrollado, combinado con formas de propiedad y relaciones latifundistas del decaído feudalismo, que aún perviven en muchos países del Sur.

Por estas condiciones, la emancipación de los oprimidos en los países dependientes y subdesarrollados adquiere un doble carácter: lucha de clases interna y lucha de liberación nacional.

A pesar de todas las particularidades de cada siglo y región del mundo, El Manifiesto nos orienta a comprender que la esencia de la historia humana, en toda época y en todo lugar, después que sucumbió la comunidad primitiva, ha sido la explotación del hombre por el hombre y la lucha de clases.

La historia también demuestra que siempre los oprimidos y explotados han luchado para librarse del dominio de los opresores, de los explotadores. Es una lucha irreconciliable -a veces abierta, a veces velada- de clases sociales antagónicas.

En condiciones determinantes, es “…una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes”.

¿Quién no ha escuchado hablar de Espartaco? Es amplia la literatura universal y las películas que narran la hazaña del esclavo que dirigió la más épica rebelión de esclavos en Europa, que hizo tambalear el antiguo Imperio Romano en la propia Italia hace un poco más de dos mil años. Pero no era sólo Espartaco, era una clase oprimida en combate a muerte contra sus opresores.
Al final de esta guerra social antiesclavista y antiimperial, que transcurrió durante dos años, había perecido un total de 100 mil esclavos, entre muertos en batallas (la mayoría) y crucificados o exterminados al caer prisioneros; situación que debilitó profundamente todos los aspectos de la producción y la vida en la Italia imperial.

En otro momento histórico determinante ocurrió la Revolución Francesa de 1789, que con su consigna liberal de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” promovió la guerra social que elevó a la clase de los burgueses al Poder, al tiempo que comenzó la debacle de la hegemonía de la nobleza absolutista y sus monarquías.

Luego se sucedieron en el mundo episodios heroicos de combates y victorias del proletariado y el campesinado pobre contra la burguesía y los terratenientes, que pretendieron acabar la explotación de manera definitiva y no sólo cambiar sus formas. Tal es el caso de la Comuna de París de 1871, que resistió dos meses; y la Revolución Socialista Rusa de 1917, que escribió 70 años de una nueva historia. Más recientemente, y aún en proceso de construcción, la Revolución China de 1949 y la Revolución Cubana de 1959.

En Venezuela la lucha de clases también ha estado presente. Así ha sido desde las batallas de resistencia al conquistador europeo comandadas por el cacique Guaicaipuro y sus hermanos indígenas; las rebeldías del Negro Miguel y su Cumbe, y de José Leonardo Chirinos contra la esclavitud; la guerra de la independencia encabezada por Simón Bolívar contra el régimen colonizador esclavista-feudal; la llamada guerra federal, una cruenta guerra social por lograr “tierra y hombres libres, elección popular, horror a la oligarquía” terrateniente y mercantilista, bajo el liderazgo de un pequeño comerciante transformado en General de los Pobres: Ezequiel Zamora.

En el siglo XX venezolano la lucha de clases continuó latente y con hitos importantes de confrontación, como la lucha de los obreros petroleros contra las transnacionales, rebeliones de campesinos aquí y allá; dictaduras militares, insurgencia armada, desaparecidos, muertos, huelgas, manifestaciones. Y más recientemente, rebeliones de los proletarios desempleados y subempleados contra el capitalismo neoliberal y sus representantes, como sucedió el 27 de febrero de 1989, con el llamado “Caracazo”; también la rebelión militar patriótica del 4 de febrero de 1992 es producto de esa sociedad dividida en clases sociales antagónicas.


La historia mundial y de cada país nos muestra una incesante lucha -soterrada o abierta- de todos los días del oprimido contra el opresor y viceversa, aunque muchas veces no se refleje en las páginas de la prensa ni en los libros de historia.

Entonces, de qué paz se habla cuando se acusa a los comunistas, y a los revolucionarios en general, de querer acabar con la paz de la sociedad, de querer dividir a la sociedad, de enfrentar unos a otros, de ‘incitar a la lucha de clases, cuando antes no era así’.

La burguesía mundial y la dirigencia adinerada de la oposición venezolana -herederos de esa oligarquía esclavista, feudal y luego capitalista-, que se siente desplazada del poder político y lucha encarnizadamente por no ser desplazada del poder económico, hoy acusan al Presidente Hugo Chávez de haber dividido a la sociedad venezolana, de incitar a la confrontación: ‘algo jamás visto en este país’, dicen. Alegan que ‘la culpa es de Chávez por querer imponer esas ideas comunistas en este país de paz, de hermanos’.

¡No, señores burgueses y proburgueses! La culpa no es de Chávez -tampoco es de la vaca, como reza un inútil libro de autoayuda- ni de las ideas malévolas de los comunistas. La culpa es de la explotación del hombre por el hombre y su inseparable lucha de clases. En fin, la culpa de la división de la sociedad, de la confrontación entre los seres humanos, es la opresión de unos pocos que se apropian del producto del trabajo de muchos.

Sólo eliminando esa relación perversa de propiedad y explotación capitalista desaparecerá la lucha de clases antagónicas. Sólo con la Revolución Socialista otro mundo es posible.

2.- LOS MITOS DE LA PROPIEDAD PRIVADA
Ese cuento de la eliminación de todo tipo de propiedad privada no es nuevo, ni exclusivo de la oposición venezolana. Ya en 1848, y antes, la burguesía europea acusaba a la naciente organización de los comunistas de pretender eliminar la sagrada propiedad privada ‘que ha existido siempre como un derecho natural del ser humano’, decían y dicen hoy los defensores de la explotación del hombre por el hombre.

No es nuevo ese cuento de: ‘a quien tenga dos carros le quitarán uno, el que tenga dos casas le quitarán una’. Ni que hablar de que ‘el Estado Comunista le quitará los hijos a las familias’, y toda esa fantasía manipuladora de la patria potestad.

El Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Marx y Engels, aborda este tema de la propiedad privada de una manera muy clara.

Primero, no es cierto que la propiedad privada haya existido siempre. En la comunidad primitiva, en las comunidades aborígenes no se conocía la propiedad privada. Así que ésta no surge desde siempre con el ser humano, como un derecho natural. La propiedad privada surge con la dominación y explotación de unos hombres por otros.

La primera propiedad privada fueron la tierra y el hombre esclavo, que se estableció con el surgimiento de la sociedad esclavista, la primera sociedad divida en clases opuestas irreconciliables.

Para ilustrar mejor esta verdad histórica es necesario citar acá algunos párrafos -algo extensos- del libro El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, escrito por Federico Engels, publicado originalmente en 1884. Por su relevancia para el debate es ésta la única cita textual que hacemos de una obra distinta a El Manifiesto de Partido Comunista, que es nuestra referencia en la totalidad del presente trabajo. Veamos lo que escribe Engels:

En las antiguas tribus europeas y en las tribus indígenas de América, en su época de sociedad primitiva, “la economía doméstica es comunista, común para varias y a menudo para muchas familias. Lo que se hace y se utiliza en común es de propiedad común: la casa, los huertos, las canoas. Aquí, y sólo aquí, es donde existe realmente ‘la propiedad fruto del trabajo personal’, que los jurisconsultos y los economistas atribuyen a la sociedad civilizada y que es el último subterfugio jurídico en el cual se apoya hoy la propiedad capitalista”.

“A consecuencia del desarrollo de todos los ramos de la producción -ganadería, agricultura, oficios manuales domésticos-, la fuerza de trabajo del hombre iba haciéndose capaz de crear más productos que los necesarios para su sostenimiento. También aumentó la suma de trabajo que correspondía diariamente a cada miembro de la gens, de la comunidad doméstica o de la familia aislada. Era ya conveniente conseguir más fuerza de trabajo, y la guerra la suministró: los prisioneros fueron transformados en esclavos. Dadas todas las condiciones históricas de aquel entonces, la primera gran división social del trabajo, al aumentar la productividad del trabajo, y por consiguiente la riqueza, y al extender el campo de la actividad productora, tenía que traer consigo necesariamente la esclavitud. De la primera gran división social del trabajo nació la primera gran escisión de la sociedad en dos clases: señores y esclavos, explotadores y explotados”.

Cuando “el suelo cultivable se distribuyó entre las familias particulares”, y dejó de ser propiedad de toda la comunidad, surgió la propiedad privada. “La familia individual empezó a convertirse en la unidad económica de la sociedad”, propietaria entonces de la tierra, de los medios artesanales existentes y… de los esclavos.

Hasta aquí los párrafos extraídos del libro de Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.

Segundo, la propiedad privada no es sagrada ni un derecho de todos. Están demostrados los sucesivos cambios históricos en el régimen de propiedad. Cada sistema económico-social imperante ha aplicado la abolición del anterior régimen vigente de propiedad privada. Por lo tanto, no ha sido inmutable ni sagrada. La propiedad privada no ha existido siempre de la misma forma.

El feudalismo abolió la propiedad esclavista y surgió la propiedad feudal. Luego, el capitalismo “…abolió la propiedad feudal para instaurar sobre sus ruinas la propiedad burguesa”.

Así que, “la abolición del régimen vigente de la propiedad no es tampoco ninguna característica peculiar del comunismo”. En su momento histórico, el feudalismo abolió la propiedad esclavista y el capitalismo abolió la propiedad feudal.

Pero además, es el propio capitalismo el que priva de propiedad a millones de seres humanos para concentrarla en pocas manos.

Es el propio capitalismo el que ha destruido la propiedad privada del pequeño comerciante, del pequeño empresario, del artesano, que sucumbe ante el desarrollo y el poder de los monopolios y oligopolios que concentran el capital. El pez grande se come al pequeño, dice el refrán.

Y es el propio capitalismo el que priva de la más elemental propiedad y hasta de vida digna a miles de millones de hombres, mujeres y niños sin vivienda, salud, educación y alimentación adecuada.

Entonces, ¿qué pretenden los comunistas?

Los comunistas se diferencian de los otros partidos revolucionarios porque promueven la abolición de la propiedad privada. Pero no de cualquier propiedad privada.

“Lo que caracteriza al comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición del régimen de propiedad de la burguesía” producto de “…la explotación de unos hombres por otros”.

La realidad histórica ha demostrado que mientras exista la propiedad privada de los medios de producción, la propiedad burguesa, existirán explotadores (dueños de la propiedad) y explotados (sin propiedad).

Los falsificadores de El Manifiesto y de los objetivos de la Revolución Socialista ocultan que lo que se pretende es la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, no de la propiedad personal.

La burguesía aterroriza y manipula al resto de la sociedad diciendo que el socialismo eliminará todas las formas de propiedad: ‘los comunistas te quitarán lo tuyo, lo que has logrado con tu trabajo de toda la vida’, esa es la campaña. De esa manera la burguesía y sus medios logran que sectores de los propios explotados, que no poseen medios de producción, defiendan la propiedad de los capitalistas, al presentarla como si fuese lo mismo que la propiedad personal del trabajador y confundirla con esta.

El Manifiesto lo plantea en los siguientes términos: “El capital no es, pues, un patrimonio personal, sino una potencia social”.

He allí un frente de batalla ideológico vital para ganar la conciencia y el apoyo de las mayorías populares en la construcción del socialismo, un frente que la burguesía ha sabido aprovechar muy bien al igualar la propiedad privada capitalista con la propiedad personal y vender la idea de la abolición de la propiedad en general.

El Manifiesto expone y confronta el interesado axioma que difunden los capitalistas y sus medios: “Y así como el destruir la propiedad de clases equivale, para el burgués, a destruir la producción, el destruir la cultura de clase es para él sinónimo de destruir la cultura en general”.

Para la burguesía la única propiedad posible es la de ellos. La única cultura que existe es la de la burguesía, los únicos derechos y la única libertad es la que disfrutan los capitalistas para explotar al resto de la sociedad. Tal es la lógica burguesa.

“Se nos reprocha que queremos destruir la propiedad personal bien adquirida, fruto del trabajo y del esfuerzo humano…”, responden Marx y Engels en 1848, desde las páginas de El Manifiesto.
Pero no, los comunistas lo que “…aspiramos [es] a convertir el capital en propiedad colectiva, común a todos los miembros de la sociedad, no aspiramos a convertir en colectiva una riqueza personal”.

“Nosotros no aspiramos en modo alguno a destruir este régimen de apropiación personal de los productos de un trabajo encaminado a crear medios de vida (…) A lo que aspiramos es a destruir el carácter oprobioso de este régimen de apropiación en que el obrero sólo vive para multiplicar el capital, en que vive tan sólo en la medida en que el interés de la clase dominante aconseja que viva”.

“¡Y a la abolición de estas condiciones, llama la burguesía abolición de la personalidad y la libertad! Y, sin embargo, tiene razón. Aspiramos, en efecto, a ver abolidas la personalidad, la independencia y la libertad burguesa”. Abolir esa libertad de explotar al ser humano y de apropiarse de su trabajo en forma de ganancia. “Pues sí, a eso es a lo que aspiramos”.

“El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio de esta apropiación el trabajo ajeno”.

3.- BURGUESÍA, PROLETARIADO Y NUEVA SOCIEDAD
La clase de los burgueses, al aniquilar la hegemonía del sistema feudal, se hicieron dueños de los principales medios de producción: de las fábricas que surgían, de las máquinas que se inventaban, de los medios de transporte, de la tierra y del sustancial capital acumulado.

“La existencia y el predominio de la clase burguesa tienen por condición esencial la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos individuos, la formación e incremento constante del capital; y éste, a su vez, no puede existir sin el trabajo asalariado”.

“Dondequiera que se instauró (…) no dejó en pie más vínculo que el del interés escueto, el del dinero contante y sonante, que no tiene entrañas (…) Enterró la dignidad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de comerciar”.

En el capitalismo todo lo que pueda convertirse en dinero es convertido en mercancía. Hasta las actividades más nobles y sus ejecutantes se convierten en mercancía: el deporte y los deportistas, la música y los músicos, la medicina y los médicos, la educación y los maestros, y hasta la religión y los sacerdotes, se convierte en mercancía.

“La burguesía despojó de su halo de santidad a todo lo que antes se tenía por venerable y digno de piadoso acontecimiento. Convirtió en sus servidores asalariados al médico, al jurista, al poeta, al sacerdote, al hombre de ciencia”.

“La burguesía desgarró [hasta] los velos emotivos y sentimentales que envolvían la familia y puso al desnudo la realidad económica de las relaciones familiares”.

La burguesía se convirtió en clase dominante, en lo económico, en lo cultural y en lo político.

Al cambiar el dominio de clase, cambia el carácter y la forma del Estado. Se crea el Estado representativo para defender los intereses de la burguesía como clase hegemónica. En consecuencia, “…el Poder Público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de Administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa”.

Pero con todo ese Poder, la burguesía crea y desarrolla a su contrario: el proletariado; sin el cual no puede existir como burguesía y por el cual dejará de existir.

“En la misma proporción en que se desarrolla la burguesía, es decir, el capital, desarrollase también el proletariado, esa clase obrera moderna que sólo puede vivir encontrando trabajo y que sólo encuentra trabajo en la medida en que éste alimenta a incremento el capital. El obrero, obligado a venderse a trozos, es una mercancía como otra cualquiera, sujeta, por tanto, a todos los cambios y modalidades de la concurrencia, a todas las fluctuaciones del mercado”.

El Manifiesto plantea que “de todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que una verdaderamente revolucionaria: el proletariado”, porque es la que más sufre la dominación y la explotación del capitalismo.

“El obrero se depaupera, y el pauperismo se desarrolla en proporciones mucho mayores que la población y la riqueza. He ahí una prueba palmaria de la incapacidad de la burguesía para seguir gobernando la sociedad e imponiendo a ésta por norma las condiciones de su vida como clase”.

El proletariado es la clase antagónica fundamental y decididamente revolucionaria frente a la burguesía.

“Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar”.

Ahora bien, al emanciparse a sí mismo de la dominación de la burguesía, el proletariado libera también a todos los grupos, clases y sectores oprimidos de la sociedad, y libera a la sociedad humana como un todo de la barbarie del modo capitalista de existir.

Porque “la sociedad no puede seguir viviendo bajo el imperio de esa clase; la vida de la burguesía se ha hecho incompatible con la sociedad”.

Ya importantes experiencias revolucionarias han confirmado en parte esta profecía social contenida en El Manifiesto del Partido Comunista. El devenir histórico de poco más de un siglo y medio ha mostrado episodios de ese “mundo entero que ganar”.

El proletariado y el campesinado pobre han demostrado que sí es posible derrocar a las clases gobernantes, que sí es posible desplazar del Poder a la burguesía y a los terratenientes, aunque no siempre definitivamente.

Algunas experiencias resistieron dos meses, como la Comuna de París de 1871. Otras se mantuvieron décadas o pocos años, hasta que resultaron derrotadas. Otras todavía se mantienen y también insurgen nuevas experiencias revolucionarias contra el sistema capitalista; algunas muy peculiares y en proceso, como la Revolución Bolivariana en Venezuela.

De las grandes experiencias históricas que desplazaron a la burguesía y a los terratenientes del Poder es innegable el papel determinante de la Revolución Socialista Rusa de 1917, que durante 70 años contribuyó -aún con sus deficiencias- a la emancipación del proletariado y el campesinado pobre.

También es preciso destacar el impacto mundial de la Revolución China de 1949 y la victoria de la Revolución Cubana de 1959 en el continente americano.

El proletariado, con sus aliados, derrocará definitivamente a la burguesía y echará las bases de su poder, para construir la Nueva Sociedad: la sociedad comunista, la sociedad de la igualdad, del trabajo de todos, sin explotados ni explotadores. Esa es la perspectiva.


¿Cómo se construirá esa Nueva Sociedad?

No será obra de un milagro o por arte de magia. Será un proceso de construcción y de transiciones, de superación del capitalismo rumbo al socialismo y del socialismo avanzar al comunismo.

Si el imperialismo es la fase superior del capitalismo, el comunismo es la fase superior del socialismo.

El Manifiesto señala que “El objetivo inmediato de los comunistas es (…): formar la conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la burguesía, llevar al proletariado a la conquista del Poder”.

Y destaca que la democracia sólo es posible con el proletariado en el Poder: “…el primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado al Poder, la conquista de la democracia”.

Esa democracia -decimos- debe ser entendida como democracia para las mayorías, que es la única democracia posible; es decir, la conquista de la Democracia Revolucionaria, la Democracia Socialista. Es evidente que una democracia así, verdadera, será una dictadura para la burguesía. Y la burguesía nunca aceptará esa democracia y luchará por todos los medios y en todo momento para no perecer como clase dominante.

Para enfrentar con éxito esa realidad irreconciliable, “El proletariado se valdrá del Poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías productivas”.

“Tan pronto como, en el transcurso del tiempo, hayan desaparecido las diferencias de clase y toda la producción esté concentrada en manos de la sociedad, el Estado perderá todo carácter político (…) Y a la vieja sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clase, sustituirá una asociación en que el libre desarrollo de cada uno condicione el libre desarrollo de todos”.

Finalmente, El Manifiesto no es un catecismo del determinismo económico, como algunos desde la izquierda y la derecha reprochan a los comunistas. Ese pequeño folleto universal del siglo XIX que ha trascendido al siglo XX y al siglo XXI, considera en forma dialéctica el desarrollo de las condiciones materiales y espirituales de la sociedad, las condiciones objetivas y subjetivas en la construcción de la Nueva Sociedad.

“La historia de las ideas es una prueba palmaria de cómo cambia y se transforma la producción espiritual con la material. Las ideas imperantes en una época han sido siempre las ideas propias de la clase imperante (…) a la par que se esfuman o derrumban las antiguas condiciones de vida, se derrumban y esfuman las ideas antiguas”.

“La revolución comunista viene a romper de la manera más radical con el régimen tradicional de la propiedad; nada tiene, pues, de extraño que se vea obligada a romper, en su desarrollo, de la manera también más radical, con las ideas tradicionales”.

Ahora más que nunca El Manifiesto del Partido Comunista sigue siendo una obra imprescindible para el debate ideológico y para la acción revolucionaria creadora en el complejo siglo XXI.

Ahora más que nunca ¡El Socialismo sigue siendo la esperanza de los pueblos!

viernes, 20 de noviembre de 2009

Una revolución con errores ortográficos


Alejandro Ruiz

La ilustrada oposición venezolana que durante 40 años controló el poder absoluto sí sabía gobernar porque sabía escribir bien, no como esas “bandas del lumpen oficialista (…) y del bandalaje militar que hoy nos gobierna, incapaz de aprender y respetar el idioma que nos identifica”. Así nos ‘informa’ con nostalgia un editorial del diario El Nacional. Pero a veces sucede que hasta el más ruin calumniador se ahoga en su propio odio.

La burguesía y sus partidos asimilados gobernaron Venezuela tan bien que dejaron un millón y medio de analfabetas para que el gobierno de Chávez los alfabetizara y le facilitara el acceso gratuito a la universidad a otro tanto de excluidos.

Si algo no le perdona la burguesía y la ‘gente culta’ a Hugo Chávez y a sus humildes partidarios, además de los cambios políticos, económicos, sociales y culturales que se intentan construir, es que personas ‘inferiores’ a su estatus y refinado glamour ahora gobiernen este país petrolero, sin pedirles permiso. Y lo más grave -según esas eminencias de la oposición- es el sufrimiento de sentirse gobernados por seres ordinarios que cometen errores ortográficos, que no cultivan la gramática, no cuidan la sintaxis ni la caligrafía Palmer. En fin, verdaderas ‘hordas de la dictadura’ que torturan a la sociedad civil con semejante violación a los derechos humanos de su intelecto superior.

La matriz de opinión en los medios privados de difusión es diluir la realidad histórica de la lucha de clases y presentar la confrontación actual como una lucha entre su civilización y la barbarie revolucionaria, entre la modernidad neoliberal y el atraso del socialismo. La idea es tratar de reafirmar que la burguesía dominante es la inteligencia y que el pueblo insurgente es la ignorancia. El diario El Nacional es una muestra de esa campaña sistemática.

E n su editorial del 12-09-2009 (p. 8N), titulado “Oportunidad perdida”, las ilustres señorías de El Nacional se burlan de unas consignas que alguna vez pintaron en las paredes del Banco Central de Venezuela un grupo de seguidores del Presidente Chávez. Con saña y una risita de miembro de la Academia Venezolana de la Lengua, señalan:

Las pintas fueron escritas por “…las bandas del lumpen oficialista (…) La mayoría de estos ataques iban adornados con errores ortográficos muy propios del bandalaje militar que hoy nos gobierna, incapaz de aprender y respetar el idioma que nos identifica”.

Además, nos aseguran los guardianes de los paradigmas sintagmáticos que escriben en El Nacional, que tampoco los parlamentarios de la Asamblea Nacional saben escribir y por eso no hacen leyes tan buenas como las de antes. Por lo menos no redactan como lo hacían los bufetes de abogados de las transnacionales ni como los doctos constitucionalistas que redactaron el decreto dictatorial de Carmona en abril de 2002.

Uno de esos columnistas, en un artículo titulado “Pedagogía opresora” (EN, 26-09-2009, p. 9N), escribe que los diputados de la Asamblea Nacional (de amplia mayoría chavista) aprueban leyes “…sin siquiera reparar en los errores ortográficos ni en que la gramática…” sea cubana, debido a “…sus pocas habilidades para la vida…”. Claro, agregamos, no tienen las habilidades de los parlamentarios de antes, como Sánchez Bueno, Octavio Lepage, Paulina Gamus, Hilarión Cardozo o Luis Enrique Oberto.

En el diario El Nacional hasta los lectores son muy cultos, y también escriben artículos sobre “Analfabetismo funcional” para referirse al Presidente Chávez y a su gabinete de gobierno (EN, 18-09-2009, p. 8C). Porque “…si de comprensión de lectura y conocimiento hablan, entonces debemos decir que el país está conducido por una secta de iletrados ineficaces”.

LOCADEMIA VENEZOLANA DE LA LENGUA
Resulta que Miguel Henrique Otero, actual dueño de El Nacional, es un personaje tan preocupado por el buen hablar y el buen escribir que entre los directivos de su ultraderechista Movimiento 2D tiene a un individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua. También tiene en su periódico y en el M2D a miembros de otras academias, por eso sabe que los ‘chavistas’ y el gobierno de Chávez pretenden hacer una revolución con participación de “bandas del lumpen oficialista (…) incapaz de aprender y respetar el idioma que nos identifica”.

Nada comparable con la sabiduría de quienes gobernaron in illo témpore. Esos sí sabían gobernar porque sabían escribir bien.

Entonces, ¿cómo dudar de lo que se escribe en El Nacional? Gente tan culta y tan ilustrada que nos dice en un editorial, titulado “Guerra a la libertad” (18-09-2009, p. 8N), que la libertad de expresión es “…objeto de las más obsesivas agresiones por parte del Gobierno Bolivariano…”. Es decir, que la gente de oposición reaccionaria apenas si puede expresarse en este país y copar apenas el 75% de los medios masivos de difusión escrita, audiovisual y radial.

Pero, continúa el editorial, el problema es más grave, pues se trata de “un fantasma que recorre América del Sur”. ¡Y peor aún!, se trata de un fantasma intervensionista. Sí, escrito con s, y no tengo porque dudarlo si está publicado en El Nacional. Por eso invito al Presidente Chávez, a los chavistas y a todos los partidarios de la Revolución Bolivariana a leer el párrafo final de este editorial para “aprender y respetar el idioma que nos identifica”, como debe ser:

“Argentina ha marcado el paso de Venezuela. La ley aprobada pone en manos del Ejecutivo facultades intervensionistas que serán utilizadas de manera punitiva”.

Ya saben, que no se le ocurra a algún “lumpen oficialista” escribir en las paredes: “Fuera las bases intervencionistas yanquis de América del Sur”.

Que tampoco se le ocurra a algún integrante de la “secta de iletrados ineficaces” que hoy gobierna, “sin siquiera reparar en los errores ortográficos”, escribir: “El gobierno no aumentó el precio de la gasolina”. Debemos aprender de las verdades periodísticas y enseñanzas académicas de El Nacional, que el 16 de marzo 2009 tituló en primera plana y a cuatro columnas: “El gobierno no descarta aumentar presio de la gasolina”, con una flamante s.

Eso le pasa a estos operadores de la burguesía y del imperialismo por menospreciar al pueblo. Con tanto odio y petulancia escriben que las vísceras ocupan el lugar de las neuronas.

martes, 2 de junio de 2009

Discrepo frontalmente del artículo "Aporrea No Censura"

A modo de réplica al artículo de Alejandro Ruiz: Es cierto, Aporrea No Censura, sino que algunos artículos "dan mucho trabajo". Se publica tal como fue enviado, bajo responsabilidad del autor

Ángel Félix Lara

En primer lugar, el saludo cordial y respetuoso dentro del desacuerdo. Eso que usted dice que Aporrea no censura es impreciso, si no es falso.

Empiezo por aclarar que no es que yo considere que mis artículos sean magnas piezas literarias que TENGAN que ser publicadas. Pero puedo citar como ejemplo el caso TVeS, donde en dos oportunidades se me ha censurado en Aporrea por no felicitar a Lil Rodríguez y al otro señor que dirige eso, que "ni lo ignoro", por la maravillosa gestión y el destacado sitial en que tiene a ese canal, considerada la ligera mejoría de las últimas semanas.

Como usted seguramente recordará, un señor llamado Trapiello hizo una serie de a-cu-sa-cio-nes, no denuncias genéricas sino acusaciones con pelos y señales. No creo necesario puntualizar que la pena por difamar públicamente puede ser cárcel. Hasta aquí, parte sin novedad.

A estas acusaciones, LO UNICO que la Sra. Rodríguez y su combo pudieron oponer es el manido argumento que Trapiello es un "contra revolucionario". Esa respuesta a mí me dice mucho, y cómo.

Lo que a mi me revolvió el hígado no es que no se haya publicado mi artículo, sino que en Aporrea sólo se han publicado menciones solidarizadas con la Sra. Rodríguez, tal como si Trapiello le hubiera arrebatado la virginidad, como si la hubiera atacado al descampado, proceso de desfloración este al que ella misma contribuyó decisivamente, al oponer tan pobre respuesta a tamañas acusaciones.

Eso que llaman sistema nacional de medios públicos no ha hecho más que solidarizarse automáticamente con la Sra. Rodríguez y su sucesor, tal como era en la Cuarta República.

Por ejemplo, ella misma reconoció en entrevista televisiva que vive en Guarenas y como eso queda muy lejos (21 km), ella se mudó a un hotel en Caracas. Esa gracia nos costó a los venezolanos la bicoca de 180 millones de bolívares (180.000 Bs. F.). Quisiera saber qué pensará la gente común de Guarenas que trabaja en Caracas (donde el suscrito vivió 12 años) acerca de este grosero privilegio de la Sra. Rodríguez, incompatible con el ideario socialista, mientras ellos deben madrugar y llegar tarde en la noche a casi sólo dormir en sus casas.

Ahora bien, es su portal de ellos y allí se publica lo que a ellos le dé la gana; cada uno en su casa y Dios en la de todos.

Le anexo él último artículo censurado y un escrito que le envié a un camarada de Aporrea, por si usted considera conveniente abundar en los argumentos que me asisten para oponerme y discrepar de sus ideas (1).

Saludos, Ángel Félix Lara
cooperativas.arrechas@gmail.com

1.- Los artículos en referencia son: “El problema no es Globovisión, somos nosotros” y “Respuesta a Diego Silva Silva”.
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Nota de Venezuela Cantaclaro: consideramos inapropiadas e injustificadas las connotaciones sexistas y machistas mencionadas en el párrafo quinto del escrito.

Otra réplica al artículo de Alejandro Ruiz:

Respuesta a Alejandro Ruiz y la inquisición de Aporrea

Se publica tal como fue enviado, bajo responsabilidad del autor

Iñaki De Tejada Eguskitza

Lo siento caballero, pero en un sitio público, como Aporrea, no puede haber una línea editorial que excluya a quienes tenemos objeciones.

El socialismo no se discute, el socialismo tiene solamente una línea y aunque no debe haber un pensamiento único, si deben haber opiniones dentro de la doctrina socialista. Una importante matización de la línea socialista, es la autocrítica y la rectificación.

Hasta no hace mucho, yo enviaba mis escritos y artículos de opinión, casi semanalmente, a Aporrea; hasta que los franquistas infiltrados en Aporrea hicieron eso que tu llamas línea editorial, o sea que no se puede publicar algo que ellos no aprueben, eso es fascismo de la mejor clase.

¿Sabías que se puede ser revolucionario y ser fascista? Hitler hizo una revolución lo mismo que Mussolini y llevaron a Europa al fascismo.

La censura a la opinión de otros, es el primer paso al fascismo y fascismo significa totalitarismo.

No te engañes, lo que hay en Aporrea es censura y no otra cosa.

Si tú pones una cartelera pública para que la gente fije sus opinión, no tienes derecho a decidir que se publica y que no, y Aporrea es una cartelera pública.

Si Aporrea no es un lugar público, los dueños deben advertir cual es su posición.

Lo peor que le puede pasar a una revolución socialista, es que se establezcan líneas de pensamiento o dogmas de fe, porque entonces aunque sea revolución dejaría de ser socialista.

Este artículo no lo enviaré a Aporrea porque no acepto censuras o inquisiciones a mis escritos.

Tratemos de ser críticos para poder rectificar o seremos corresponsables de la pérdida de esta revolución.
Itejada1932@hotmail.com

lunes, 1 de junio de 2009

Es cierto, Aporrea No Censura, sino que algunos artículos “dan mucho trabajo”


Alejandro Ruiz

Una nota de disculpas publicada el día 01 de junio 2009 en el medio digital revolucionario venezolano Aporrea me ha motivado a reescribirles. El Equipo de Aporrea está siendo acusado de censura -presumo, por la aclaratoria que hacen- y se ha visto obligado a pedir disculpas porque algunos artículos deben publicarse tal como los envían, incluyendo errores ortográficos, “debido al exceso de material que nos llega, y a la premura con la que los autores quieren que se les publique, no podemos permitirnos el lujo de corregirles la ortografía, puesto que si nos atrasamos o se nos queda algún artículo sin publicar, inmediatamente nos acusan de estar aplicando la censura”.

La regla del máximo rendimiento reza que: a quien más da, más se le exige. Acusar al Equipo de Aporrea de censurar artículos y opiniones es una calumnia y una desconsideración. Ningún medio, ya sea estatal, privado, alternativo o comunitario, tiene tantos articulistas y opinantes en sus páginas. Hombres y mujeres que, hasta hace siete años, nadie publicaba, han encontrado en Aporrea un espacio para compartir sus ideas, que muchas veces no encuentran otro cauce para el debate político e ideológico.

Aporrea es un esfuerzo humano, que es injusto descalificar acusándolo de censura porque no se publique algo que uno haya escrito. Es más, voy a plantear una crítica constructiva: a veces se publica un artículo dos veces el mismo día o se tercian verdaderos torneos de réplicas, contrarréplicas y recontrarréplicas. Quizás hasta las réplicas y las contrarréplicas está bien que se publiquen in extenso, pero las recontrarréplicas bien pudieran dilucidarse en el foro del portal.

En lo personal, he visto con agrado cuando todos los escritos que trato de elaborar son publicados en Aporrea, además de en otros medios alternativos venezolanos y del exterior; y mucho más cuando las lecturas sobrepasan las 400, 700 o 900 visitas. Casi todo lo que he escrito y enviado me ha sido publicado, salvo en dos ocasiones. Y lo comprendo, porque todo medio -por muy amplio que diga ser- tiene y debe tener una línea editorial.

Sabemos que el Equipo de Aporrea tiene una fuerte orientación hacia la corriente del trotskismo, y tal vez mi último artículo, publicado en Tribuna Popular, The Daily Radical y en Kaos en la Red (con más de 30 comentarios, a favor y en contra), no está en los parámetros de la línea editorial o tal vez es muy polémico para el debate sobre el trotskismo y el anticomunismo en la Revolución Bolivariana.

Ahora bien, el que no se me publique un artículo X o Y no me da derecho a estar acusando de censura al medio que más puertas y ventanas ha abierto a las opiniones y angustias de los venezolanos y venezolanas que acompañan y apoyan al Presidente Chávez. No es justo, porque considero que a veces se publican tantos escritos que es difícil leerlos, y menos digerirlos. No es justo, aunque se viertan allí pareceres que no compartimos y combatimos; por ejemplo, que se pueda declarar la muerte al chavismo o señalar de burgueses a los dirigentes de la Revolución Cubana, pero no cuestionar a Trotsky y al trotskismo antichavista y anticubano, que se reproduce en Aporrea.

Finalmente, admiro a quienes escriben bien, pero más a quienes no lo hacen tan bien y se atreven a expresar sus ideas y sus angustias. Porque hay que armarse de valor para escribir y que otros te lean, después de ver a tanto intelectual de derecha transfigurados en políticos mediocres hablando de falta de libertad de expresión por todos los medios de difusión en Venezuela. Ojalá le ofrecieran ese chance de utilizar el programa “Aló Presidente” a todos aquellos que sólo pueden ser vistos y leídos en Aporrea y en otros medios alternativos revolucionarios, como Tribuna Popular, Antiescuálidos, Rebelión o Kaos en la Red. Es todo.

lunes, 25 de mayo de 2009

¿Chávez y Cuba en el mismo saco de la burguesía mundial?


Alejandro Ruiz

Si algo le hace falta a toda revolución que pretenda construir el socialismo es la crítica y la autocrítica. Pero de allí a aprovechar fechas como el 1º de Mayo, Día Internacional de la Clase Obrera, para publicar desvaríos teóricos con lenguaje izquierdista contra el Presidente Hugo Chávez y contra la Revolución Cubana, al meterlos en el mismo saco de la burguesía mundial explotadora, existe un largo trecho.

En lo personal he formulado críticas directas a ciertos planteamientos del Presidente Chávez y también a conductas o políticas en instituciones y de funcionarios del gobierno venezolano. El propio Chávez es una persona muy crítica y autocrítica, y en ocasiones lo hemos visto fustigando los errores, reconociéndolos y rectificando para mejor. Pero lo que difunden algunas agrupaciones trotskistas excede a toda crítica: son verdaderas declaraciones de guerra contra Chávez y contra Cuba.

En nombre del socialismo revolucionario se ha publicado en el más popular de los medios alternativos venezolanos, Aporrea, un manifiesto de la Internacional Trotskista, Liga Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional (LIT-CI), titulado Un 1º de Mayo de unidad y lucha contra la burguesía mundial, difundido el 29 de abril 2009. A pesar de lo interesante y sintomático del documento pasó mayo sin comentario alguno.

Esta proclama, aparentemente revolucionaria e incendiaria, llama a todos los trabajadores a “luchar contra todos los gobiernos y todos los patronos del mundo” -sin distinción-, y “defiende todo tipo de unidad” contra éstos. De allí no se excluye ni a Cuba ni a Venezuela. Todos serían lo mismo.

El documento fue originalmente publicado, el mismo día, en el Portal de la LIT-CI. Esta organización internacional, con sede en Brasil, agrupa a 17 partidos en América Latina y 8 en Europa que se proclaman fieles seguidores de los postulados del fundador del trotskismo, el dirigente político León Trotsky.

DESVARÍOS DE IZQUIERDISMO CONTRA EL SOCIALISMO
Ahora bien, antes de tratar de descifrar el manifiesto de la LIT-CI es necesario evidenciar la recurrente conducta de estos infalibles revolucionarios y sus similares, de descalificar a medio mundo; especialmente a quienes luchan contra la sociedad capitalista.

La lista de desvaríos de izquierdismo de la mayoría de las agrupaciones trotskistas -no todas- es larga y profunda. Ni sus propios compañeros ideológicos se salvan de la arremetida de estos combatientes de la libertad contra el “totalitarismo estalinista burocrático bonapartista terrorista reformista y populista”.

Veamos algunos casos contemporáneos de tan extraña conducta revolucionaria en varios países de América Latina, y luego con relación a Cuba y Venezuela, específicamente. Advertencia: las citas y las fuentes son reales, aunque cueste creerlo.

CONTRA LA REVOLUCIÓN LATINOAMERICANA
1.- La Liga Obrera Internacionalista ha descubierto que los gobiernos de Chávez, Evo y Correa están al servicio de “imperialistas ‘democráticos’ y de patrones ‘progresistas’; con su estafa de ‘revolución bolivariana’, con su apoyo a la burocracia castrista que se prepara a consumar la restauración capitalista en Cuba, sosteniendo así a los regímenes y gobiernos burgueses y dándole una nueva sobrevida a esta sistema capitalista imperialista putrefacto” (Democracia Obrera, 14-03-2008; “¡Por una Conferencia internacional de emergencia de las fuerzas del trotskismo…”).

2.- En Ecuador, el partido trotskista MAS llamó a votar Nulo en el referendo donde se aprobó la Nueva Constitución del 28 de septiembre 2008. Con esta política favorecía la opción del No y la permanencia de la vieja Constitución, aunque argumentaba que “Sería incorrecto no reconocer que el nuevo texto constitucional tiene importantes avances en relación a la Constitución de 1998 (…) El triunfo del No significaría volver al pasado, continuaría vigente la Constitución neoliberal y privatizadora de 1998 (…). El triunfo del No sería una victoria para la derecha oligárquica y retrógrada”. Después de este profundo análisis, concluyen: “Por lo tanto, nuestra decisión es por el voto Nulo” (Boletín MAS-Ecuador, 05-09-2008; “Manifiesto del MAS ante el Referéndum Constitucional”).

3.- En Bolivia, llamaron a votar en contra de la Nueva Constitución concertada, la cual derogó muchos aspectos de la vieja constitución neoliberal y excluyente. La burguesía separatista y fascista también llamó a votar No, pero el No de los trotskistas del partido Lucha Socialista contra Evo Morales era “diferente”, según “explican” ellos y Cantinflas: “Nuestro No es para derrotar un proyecto de Constitución resultado del acuerdo entre el gobierno y la derecha, o sea completamente diferente del No planteado por algunos sectores de la derecha” (Portal de la LIT-CI, 20-01-2009; “¡Vote No, en defensa de la Agenda de Octubre!”).

4.- En Colombia, el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), citando a Trotsky, coincide con Uribe y los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea, al calificar a las guerrillas de las FARC como un grupo terrorista. Ni los gobiernos de México, Chile o Brasil, ni la OEA como agrupación se han atrevido a tanto. El PST dice que las FARC sólo “se dedicaron a echarle tiros al régimen, a realizar atentados terroristas (…) una política genuinamente stalinista” (El Socialista, Nº 637, marzo 2009; “Las FARC: reformismo armado y terrorismo”).

5.- Adicionalmente, estos trotskistas de la LIT-CI, que llaman a derrocar al gobierno “bonapartista de Chávez” y al “estalinista de los Castro”, ni por casualidad llaman a derrocar al gobierno fascista de Uribe. Todo lo contrario, sus afiliados del PST en Colombia argumentan que no hay las condiciones objetivas, porque “Ninguna guerrilla por sí sola tiene la más mínima posibilidad de derrotar a un ejército regular…”; la lucha guerrillera ha sido un “…sacrificio inútil de quienes desgraciadamente persistirán en una estrategia históricamente fracasada”. Y van más allá. El PST llama abiertamente a derrotar, a destruir a las FARC: “La derrota de la guerrilla (…) su destrucción como factor de distorsión de la lucha organizada de masas nos abrirá a los revolucionarios nuevas posibilidades…” (El Socialista, Nº 630, julio 2009; “Colombia: las FARC en la encrucijada”).

CONTRA LA REVOLUCIÓN CUBANA
1.- Para el PSTU de Brasil -principal partido de la LIT-CI-, en las dificultades de la Revolución Cubana nada tiene que ver el imperialismo estadounidense y su política de cinco décadas de bloqueo ecónómico, ni el derrumbe de la Unión Soviética en los años 90, que afectó dramáticamente la vida en la isla durante el llamado Período Especial. Estos exegetas del marxismo han descubierto que todo es culpa de “la dirección castrista”. Así lo aseguran, iluminados por una estampita de Trotsky: “El aislamiento de la revolución cubana, resultado de una política consciente de la dirección castrista, condujo a la isla a una profunda crisis en los inicios de los años 90. (…) el país dejó de ser un Estado obrero y pasó a ser un país capitalista administrado por los dirigentes del partido” (Marxismo.info, 16-03-2008; “Cuba, la renuncia de Fidel”).

2.- En el Foro Social Mundial del año 2001, en Porto Alegre, la Internacional Trotskista, en vez de confrontar al sistema capitalista, dedicó su tiempo y recursos a organizar un foro para atacar a Cuba. Y hasta declaraciones en la prensa burguesa de Brasil publicaron con gran regocijo. El ponente de la LIT-CI afirmó que eso de que “el imperialismo continúa atacando y continúa queriendo acabar con el Estado cubano (…) es una media verdad”. O sea, es medio mentira. Seguramente es un medio invento del “régimen castrista comunista”. Es decir, el imperialismo no es tan malo como dicen los cubanos. Otro preclaro militante del PSTU de Brasil dejó ver que en su país, gobernado en el 2001 por el socialdemócrata Fernando Henrique Cardozo, tenían más derechos que en Cuba: “Aquí yo tuve el derecho a decir lo que dije pero si estuviese en Cuba no hubiese tenido ese derecho”. Cualquier parecido con el discurso de la mafia de Miami, ¿será casualidad? (Marxismo.info, 15-10-2001; “Debate entre la LIT-CI y la delegación cubana en el Foro de Porto Alegre”).

3.- Ni el Ché Guevara se salva del mensaje descalificador de ciertos trotskistas. El Centro de Estudios Miguel Enriquez (CEME), de Chile, publica un famoso artículo de Gary Tennant, donde se pueden leer frases como estas: “…la actitud del Che hacia la democracia en la transición al socialismo fue esencialmente la de un stalinista”. Además, asegura que “…el Che sufrió ataques cada vez mayores dentro del régimen cubano…”. Ahora, todos sabemos que decir el “régimen cubano” es decir Fidel y el Partido Comunista, con lo cual se siembra cizaña, dudas entre revolucionarios. (Archivo Chile; “El Che Guevara y los trotskystas cubanos”. Publicado antes por el Partido Obrero de Argentina, en la revista teorica En Defensa del Marxismo, N° 18, Octubre 1997).

4.- En un folleto publicado en el año 2001, titulado El trotskismo en la revolución cubana, se difunden “análisis” como este: “A principios de los 90, cuando Castro se aleja de la URSS con motivo de su rechazo al proceso democratizador desatado por Gorbachov…”. Así que la desintegración de la URSS, la restauración contrarrevolucionaria del capitalismo en Europa del Este y en la Unión Soviética y la hegemonía absoluta del imperialismo estadounidense en el mundo por casi dos décadas, es el “proceso democratizador desatado por Gorbachov” que Cuba debió seguir para “liberarse de la centralización burocrática y alcanzar la libertad verdadera”. ¡Qué revolucionarios más extraños estos trotskistas!

CONTRA LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA
1.- Si alguien duda de las declaraciones de guerra a muerte de fracciones trotskistas, he aquí un saco de botones: “No sólo el chavismo no es nuestro aliado (…) sino que es nuestro enemigo a muerte…” (Aporrea, 27-12-2007; “Contra el Trotsko-Chavismo, en defensa de la Revolución Permanente”, un escrito de 29 páginas y 33 citas).

2.- No sólo la ultraderecha llama a derrocar a Chávez. Mientras el “entrismo” surte efecto en el Gobierno Bolivariano, una fracción trotskista puede esperar un poco, pero apenas “…los trabajadores den las primeras señales de estar listos para el combate habrá que llamar a derrocar a Chávez y a sus FF.AA. como corresponde a una política revolucionaria frente a cualquier estado burgués” (Venezuela Cantaclaro, 14-05-2007; declaración de la LIT-CI, citada en “Internacional Trotskista llama a derrocar a Chávez”).


3.- Esa misma Internacional Trotskista rechazó “el cierre” del canal privado RCTV el 27 de mayo de 2007, argumentando que “En Venezuela se está produciendo un proceso de endurecimiento del régimen, (…) de Hugo Chávez que aumentan su control sobre los distintos sectores de la sociedad, entre ellos los medios de comunicación. Una clara manifestación de esto ha sido el cierre de la emisora RCTV...”. Es decir, no renovar la concesión al canal RCTV, según estos revolucionarios, es una “…medida tomada por Chávez contra la libertad de prensa…”. Además, citando textualmente a León Trotsky, tratan de ilustrar a Chávez: aún en “el hecho de que la clase obrera hubiera tomado el poder y expropiado a la burguesía no justificaba el cercenamiento de la libertad de prensa para la propia burguesía” (Portal de la LIT-CI, 19-06-2007; “Declaracion sobre el cierre de la RCTV”). Nadie se extrañe que mañana defiendan al canal privado Globovisión, utilizando estas mismas palabras.

4.- Algunos trotskistas también ejercen como defensores de la sensibilidad emocional del general Raúl Baduel, ex ministro de la Defensa de Chávez devenido en abierto conspirador opositor, hoy preso por acusaciones de corrupción de desaparecer 15 millones de dólares cuando ejerció ese cargo. Dijo el más publicitado vocero del trotskismo en Venezuela: “…rechazamos el expediente de claro corte stalinista de descalificar a través de la utilización de epítetos y calificativos como los de ‘escualido’, ‘traidor’, ‘salta-talanquera’, ‘agente de la CIA’, y otros, que funcionarios del gobierno, incluido el presidente Chávez, han proferido contra Baduel” (Aporrea, 08-11-2007; "Hay que sincerar la discusión sobre Baduel y la reforma constitucional, afirma Orlando Chirino”).

5.- Con un rimbombante título, dijo otra fracción hermana: “Chávez (…) abrió un curso bonapartista: intentó eternizarse con el referéndum de 2007 (…) en Venezuela cada vez creen menos en los falsos discursos antiimperialistas de Chávez” (Boletín Juventud del MAS-Ecuador, 18-08-2008; “Cómo luchar contra el Castro-Chavismo-Evomoralismo”).

6.- Como sabemos, la Reforma Constitucional fue derrotada con una diferencia de 1% debido a una feroz campaña de la burguesía y unos cuantos errores endógenos. En Venezuela, mientras dos fracciones trotskistas -acertadamente- llamaron a votar Sí por Chávez, otra fracción llamó a votar Nulo y otra fracción trotskista llamó a votar No en contra de “la reforma constitucional bonapartista del chavismo” del 2 de diciembre de 2007 (Portal de la LIT-CI, 29-11-2007; “Venezuela: Por qué llamamos a votar por el No”).

7.- En las elecciones locales del 23 de noviembre de 2008, la fracción Unión Socialista de los Trabajadores (UST) llamó a votar Nulo, porque “el único voto de clase, independiente del gobierno, de los partidos burgueses de oposición es el Voto Nulo” (Portal de la LIT-CI, 18-11-2008; “Venezuela: Frente a los comicios del 23 de noviembre”).

8.- Para el referendo de la Enmienda Constitucional aprobada el 15 de febrero 2009, coincidiendo con las prioridades de la burguesía y del imperialismo, la fracción trotskista Unión Socialista de Izquierda (USI) llamó a votar Nulo porque “las prioridades del gobierno no coinciden con las de los trabajadores y el pueblo excluido y explotado” (Indymedia, 12-02-2009; “Orlando Chirino llama al voto Nulo en Venezuela”).

9.- Además de llamar a votar No contra las propuestas constitucionales de Chávez, algunos trotskistas también proponen su fórmula “subversiva” para ir al socialismo: “Aquí la cogestión es el paso para transitar hacia el socialismo” (El Nacional, 26-11-2007; “Entrevista a Orlando Chirino”).

10.- Pero de todos, quizás, el deporte preferido de las cuatro fracciones trotskistas venezolanas, y sus voceros afines, es atacar al Partido Comunista (PCV), que es el único partido que en Venezuela -con sus virtudes y defectos- asume como marxista-leninista y bolivariano. Un día lo acusan de “Y”, otro día de “Z”, luego de todo lo contrario. Uno de estos voceros, de reconocida trayectoria, escribió: “O es que acaso Hitler no extrajo sus propias lecciones de la experiencia soviética”. Después de está máxima: fascismo igual comunismo, ¿qué se puede debatir? Seguidamente, arremete contra el marxismo-leninismo: “Se trata de realizar una crítica radical a la racionalidad burocrática que funda al marxismo-leninismo como falacia revolucionaria, porque tiene nefastas consecuencias en el campo de la praxis revolucionaria. El marxismo-leninismo es un obstáculo para pensar la democracia socialista” (Aporrea, 13-04-07; “Gamelote para estalinistas con deseos de aprender”).

11.- Hay algunos que hasta publican edictos inquisitorios que piden juzgar a los dirigentes del Partido Comunista de Venezuela por “…verdaderos crímenes contra la Humanidad” (Aporrea, 25-06-07; “¡Socialismo a lo Burgués!”). Así mismo, como se lee.

12.- Otro excelso trotskista también descalifica a los comunistas del PCV, señalándolos de “reformistas estalinistas”; pero -sin pudor- firma sus escritos como militante del “Batallón Nº 13 ‘Alberto Lovera’ del PSUV” (Aporrea, 23-06-08; “¿Reimpulso productivo o impulso hacia el abismo?”). A este catedrático revolucionario no le incomoda que ese Alberto Lovera haya sido el secretario Político-Militar del PCV, martirizado y asesinado en 1965 acusado de ser un “criminal estalinista al servicio de Moscú”. De verdad, no los entiendo.

Y así, infinidad de documentos y discursos de los fragmentados grupos internacionales trotskistas; además de los mencionados: Fracción Trotskista-Estrategia Internacional, Liga Obrera Internacionalista, Liga por la IV Internacional, Corriente Internacional Revolucionaria, CICI, UIT, etc; en total unas 42 “auténtica IV Internacional”. Sólo algo los une: el anticomunismo y despotricar de los demás.

UN MANIFIESTO CONTRA “TODOS LOS GOBIERNOS”
En relación con el manifiesto del 1º de Mayo, publicado en Aporrea el 29 de abril 2009, el planteamiento central de la LIT-CI a los trabajadores es la generalidad, que no distingue gobiernos ni patronos. Así, todos son iguales. Según estos trotskistas, el gobierno y las empresas de propiedad social en Cuba o en Venezuela son iguales al gobierno y a las empresas privadas en Colombia o en Inglaterra. Todos son parte de la burguesía mundial, incluyendo a Hugo Chávez y a Fidel y a Raúl Castro. Tremendo desvarío.

El manifiesto de la LIT-CI, que tiene seguidores en Venezuela, afirma: “Los gobiernos de todo el mundo atacan a los trabajadores”. Es decir, todos, sin excepción. Y por lo tanto, los trabajadores deben sumarse a todas las protestas contra todos los patronos y todos los gobiernos. Es decir, en Venezuela hay que sumarse a las protestas de la derecha contra Chávez; en Cuba hay que crear protestas contra el gobernante Partido Comunista, sumándose a los mercenarios proestadounidenses; en Bolivia hay que sumarse a las protestas reaccionarias contra Evo Morales y las empresas nacionalizadas; y en Ecuador hacer comparsa con la oligarquía proimperialista.

Veamos algunos fragmentos reveladores del “analisis objetivo” de la crisis capitalista actual, según el reciente manifiesto de la LIT-CI:

“Frente a la crisis, hay una unanimidad en todos los países del mundo: sus gobiernos tratan de salvar de todas las maneras a los grandes empresarios (…) Los gobiernos de todo el mundo ya inyectaron más de cuatro billones de dólares en el sistema financiero mundial…” (los resaltados son nuestros).

El manifiesto mundial de la Internacional Trotskista en muy interesante por lo que dice, pero también por lo que no dice. Del gobierno del imperialismo estadounidense, donde se originó la masacre de Chicago de 1886 y principal centro de la crisis y explotación capitalista mundial, apenas un párrafo tibio. Sin embargo, arremete con saña contra los gobiernos de Lula y de Chávez. Son los únicos gobernantes que menciona directamente, además del “simpático” Obama.

Nada de señalar en Latinoamérica a los gobiernos derechistas de Perú ni de Colombia, donde asesinan y encarcelan a dirigentes sindicales, que tal vez no merecen su comentario porque la mayoría de esos muertos son dirigentes comunistas. Sin negar que existen casos graves de sicariato patronal y latifundista en otros países de Latinoamérica, Venezuela entre ellos.

Hablar de forma genérica de los “todos los patronos y todos los gobiernos del mundo” es una forma de exculpar a los directamente responsables: las transnacionales, los grandes capitalistas financieros y sus oligarquías locales y gobiernos reaccionarios.

Estos superrevolucionarios -casualidad permanente- coinciden con la derecha procapitalista y proimperialista en su “nuevo” discurso de negar todo avance y cambio transformador de gobiernos como el dirigido por Chávez, jugando al desencanto popular.

Al respecto, es ilustrativa una noticia publicada en el diario venezolano Últimas Noticias, el 04-05-2009, p. 16: “El coordinador nacional de la tolda [de derecha neoliberal] Primero Justicia, Julio Borges, afirmó que el gobierno del presidente Chávez se ha convertido en el ‘peor patrono’ que existe en Venezuela (…) en realidad ‘lo que ha hecho es llenar a Venezuela de burocracia”, en referencia al incremento de empresas de propiedad social.

Mientras algunos superrevolucionarios están agazapados esperando para “derrocar a Chávez y a sus FF.AA. como corresponde a una política revolucionaria”, el Presidente de Venezuela baja el desempleo a menos de 8%, aumenta los salarios 20% (aunque debería ser más), se nacionalizan empresas, y unos 29.000 obreros tercerizados ingresan a la nómina fija de la estatal petrolera Pdvsa desde 2005 hasta fecha. Sin negar que allí surjan críticas válidas y necesarias para el debate, pero llamar a derrocar a Chávez es otra cosa.

Bueno, sigamos con el manifiesto de la Internacional Trotskista. Según la LIT-CI, en todos los países del mundo gobierna la burguesía, Cuba incluida. En consecuencia proclaman:

“… un alerta especial a todos los trabajadores para que no confíen en sus gobiernos, por más que se proclamen ‘populares’, ‘progresistas’ e, inclusive, ‘revolucionarios’. La mayoría de la izquierda mundial apoya a este tipo de gobiernos burgueses llamados ‘progresistas’…”.

Precisamente el llamado se hace en estos tiempos, cuando han surgido diversos gobiernos latinoamericanos enfrentados al imperialismo, que es la fase superior del capitalismo.

Seguidamente, proclaman ante el mundo: “La LIT defiende todo tipo de unidad en la lucha para enfrentar los ataques de la patronal y sus gobiernos”. Siendo así, válido “todo tipo de unidad en la lucha”, los trabajadores pueden unirse con dirigentes fascistas, sindicaleros, paramilitares, medios de difusión privados, para enfrentar también a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba.

Luego de toda esta parafernalia revolucionaria, lanzan sus siete consignas de combate, que se suponen son el resumen de los postulados, la síntesis del análisis para la acción subversiva contra el estatus quo capitalista. ¡Sorpresa!: Todas son consignas defensivas, en su mayoría sólo economicistas, reivindicativas; pero no plantean siquiera luchar por aumentos de salarios. Menos incitan a expropiar ni nacionalizar empresas, ni llaman a construir el socialismo.

Después, explican algo que a primera vista es correcto: “La LIT (…) apoya el esfuerzo de millares de activistas que luchan en todo el mundo para organizar sindicatos independientes, combativos y democráticos, y otras formas de organización de los trabajadores y de los sectores populares”.

Sin embargo, con este loable argumento grupos trotskistas apoyaron a Lech Walesa y a Solidarinoc, en Polonia; apoyaron a Gorbachov y a Yelsin en la desintegración y restauración capitalista en la Unión Soviética; apoyaron a los activistas anticomunistas chinos de la “Comuna de Pekín”, de la Plaza Tiananmen; y se apoya a mercenarios que dentro y fuera de Cuba tratan de conformar “sindicatos independientes” de la Revolución Cubana.

En pleno auge del proceso contrarrevolucionario en la URSS, a principio de los años 90, el más connotado teórico del trotskismo mundial del momento, Ernest Mandel, proclamó orgulloso: “ahora pueden ver todos los comunistas del mundo quiénes son los verdaderos revolucionarios y contrarrevolucionarios. Trotski, los trotskistas, Gorbachov y los seguidores de Gorbachov se encuentran en el campo de la revolución; Stalin y los estalinistas están en el campo de la contrarrevolución” (1).

Pero se omitía un “pequeño” detalle: Stalin había muerto en 1953, “Gorbachov y los seguidores de Gorbachov” estaban vivos y actuando, y no precisamente en “el campo de la revolución” sino a favor del imperialismo.

Ahora, en el año 2009, luego de todas esas brillantes ideas contra “todos los patronos y todos los gobiernos del mundo”, los señores de la LIT-CI realizan una declaración de “lucha contra el capitalismo imperialista”. ¿Y que proponen para liquidar al capitalismo imperialista?: “Por eso, este 1º de Mayo será, más que nunca, una manifestación de denuncia no sólo de la crisis, sino del propio capitalismo”. Sí, denunciar.

Es más o menos como decir: Señores capitalistas yo los denuncio a ustedes ante el mundo y sus medios capitalistas, y por eso desaparecerán. ¡Qué bien! Pero, a la vez descalificó y combato a muerte a quienes luchan contra el capitalismo.

Finalmente, el manifiesto de la Internacional Trotskista concluye que “La clase obrera necesita un Partido Mundial de la Revolución Socialista”. Y adivinen quiénes son los únicos que en el mundo encarnan ese partido: ellos, solamente ellos.

Una nota al margen: estoy muy preocupado. Los revolucionarios de Liga Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional (LIT-CI) no utilizaron en este manifiesto ni una vez la palabra mágica para resolver toda disputa con partidos de izquierda o de derecha: estalinista. Y muy poco el otro comodín habitual: burocracia. Mucho menos la combinación preferida de ambas: burocracia estalinista. ¿Qué está pasando en la Internacional Trotskista? ¿Será que saben que buena parte de los sindicatos combativos y clasistas tienen raíces y dirigentes marxistas, que no les agrada ese discurso pontificador simplista, usado para descalificar a toda la izquierda que no se proclame del grupo de la inmaculada concepción trotskista? O habrá comenzado el debate.

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Notas
1.- Ludo Martens. “El trotskismo al servicio de la CIA contra los países socialistas”, Partido de los Trabajadores de Bélgica, 20-10-1992; republicado en Chamosaurio, 05-08-2008.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Niegan el Poliedro de Caracas para acto del Partido Comunista

“Es un hecho que golpea la dignidad del movimiento popular revolucionario que tiene miles de mártires, héroes y heroínas a través de décadas de luchas”, señalan dirigentes comunistas

Presidente Chávez debe parar retaliación anticomunista en Venezuela

El Presidente Chávez en un acto del PSUV en el Poliedro / archivo

APN.- El Partido Comunista de Venezuela (PCV) informó este miércoles que funcionarios del gobierno nacional negaron a esta organización la utilización del Poliedro de Caracas para realizar un acto en homenaje a Alberto Lovera, uno de sus mártires de la lucha armada de los años 60, al cumplirse los 43 años de su detención, tortura y asesinato. El evento estaba previsto celebrarse el próximo sábado 25 de octubre, pero debido a la suspensión del permiso para hacer uso del recinto no se podrá realizar, destacó la edición digital del periódico comunista Tribuna Popular.

El local, con capacidad par 18 mil personas, está bajo la administración del Ministerio de Educación Superior, y es utilizado regularmente para eventos musicales y actos políticos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que preside el mandatario venezolano Hugo Chávez.

Carlos Aquino, secretario nacional de organización del PCV, señaló en rueda de prensa que esto es un golpe “a todos los sectores y organizaciones sociales que pugnamos porque se haga justicia para todos los asesinados, por razones políticas en Venezuela”.

El PCV lamentó esta decisión, “porque lo que se iba a realizar era una demostración de la lucha del pueblo en contra de la impunidad que gozan quienes violaron los derechos humanos de miles de venezolanos y en protesta por la falta de justicia de los organismos de Estado de delitos de lesa humanidad”.

El hecho se produce a pocos días de que el Presidente Chávez, por disputas electorales en algunas regiones del país, sentenció que el PCV y al PPT serían “borrados del mapa”. En esa ocasión afirmó “Yo me voy a encargar de eso, tengan la seguridad (…) Yo los acuso de contrarrevolucionarios y hay que barrerlos del mapa político venezolano, van a desaparecer”. Al parecer los administradores del Poliedro de Caracas, un local público de propiedad estatal, están asumiendo al pie de la letra la sentencia presidencial.

Aquino explicó a Tribuna Popular que “las gestiones para el uso del recinto se iniciaron en el mes de septiembre. Incluso en reuniones técnicas con los encargados de la administración del Poliedro, estaba todo coordinado y la fecha estaba a firme. Pero en el día de ayer, sin mayor explicación, se informó que el lugar no podía ser ocupado para el evento”.

“Hasta el lunes pasado, no había problema con la fecha, y ese mismo día nos comunicamos con los responsable de la Fundación que administra el recinto, y nos dijeron que tenían que hacer consultas para facilitarlo. El día martes fue negado el recinto”, enfatizó el dirigente comunista.

Aquino advirtió que “Si este hecho guarda alguna intención de golpear al Partido Comunista, de intentar limitar las capacidades de trabajo, de movilización, de acción del Partido y del movimiento popular revolucionario, tengan la seguridad que no lo van a lograr, no va dar el resultado que algunos pudieran estar deseando”.

Ante a la pregunta de si esto tiene relación con la amenaza del Presidente Chávez de hacer desaparecer del mapa político al PCV, Aquino se limitó a contestar que es posible “que algún personero del Poliedro, de la UBV -Universidad Bolivariana de Venezuela- o el Ministerio de Educación Superior” para mantener su espacio o su cargo “pueda pensar que acciones como estas es la forma de ejecutar las palabras del Presidente Chávez de la semana pasada”. Sin embargo seguirán haciendo gestiones para realizar este evento en el Poliedro de Caracas.

La medida ha generado el repudio de personalidades y organizaciones progresistas de Venezuela. Un dirigente nacional del oficialista PSUV, al ser consultado y con la condición de no revelar su nombre, manifestó que “hay algunos funcionarios que se creen más papistas que el papa. Es preocupante y no nos ayuda en nada ese maltrato a los aliados. El único que puede para esto es el propio Comandante Chávez”.-

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martes, 21 de octubre de 2008

¿A quién sirve la sentencia anticomunista de Chávez?



Alejandro Ruiz

I parte. Chávez en la aldea anticomunista global

Con sorpresa y desconcierto para millones de luchadores revolucionarios en el mundo, Latinoamérica y en Venezuela, el Presidente Hugo Chávez, líder de la Revolución Bolivariana y del Socialismo en Venezuela, Latinoamérica y el mundo, ha sentenciado al Partido Comunista de Venezuela (PCV) al exterminio político, al igual que al partido Patria Para Todos (PPT).

El Comandante Hugo Chávez ha prometido que el PCV y el PPT “van a desaparecer del mapa político. Yo me voy a encargar de eso, tengan la seguridad (…) Yo los acuso de contrarrevolucionarios y hay que barrerlos del mapa político venezolano, van a desaparecer”. Y agrega al mejor estilo del decadente y peligroso George W. Bush: “El que está conmigo tiene que estar con Hugo Cabezas [candidato a la Gobernación de Trujillo por el PSUV], no hay otro. El que no esté con Hugo Cabezas no está con Chávez, está contra Chávez”. Y punto (Últimas Noticias, 12-10-2008, p. 23).

¿Y quién es Hugo Cabezas?, se preguntarán. ¿La reencarnación del Che Guevara? ¿Un dirigente obrero, un líder campesino, un líder comunitario? No importa, por ahora. No nos detengamos en lo particular de los candidatos, porque el problema no es simplemente electoral.

En dos pequeñas ciudades del interior del país, el Presidente Chávez se ha jugado su prestigio de aglutinador de la voluntad de la mayoría del pueblo venezolano, de líder de la unidad continental, de referencia viva para movimientos revolucionarios en América, Europa, Asia, África y Oceanía, y todo por tratar de posicionar a dos de sus candidatos a la gobernación en los estados Portuguesa y Trujillo. ¿Y contra quién arremete? ¿Contra los partidos y grupos de la oposición golpista y fascista que lo derrocó el 11 de abril de 2002? ¡No!. Arremete contra sus aliados electorales del PPT y los comunistas. Sí, aliados desde 1998 cuando logró ganar la presidencia de Venezuela, especialmente los comunistas del PCV.

Me entero que el PCV apoya a 16 de los 22 candidatos a gobernación del PSUV (73%). No apoya a ningún candidato de partidos de la oposición. Y apoya 6 candidatos propios o en alianza con el PPT (27%), y que ninguno de estos 6 es apoyado por el PSUV. Si como dice el Presidente Chávez, parafraseando a Pitágoras de Samos, “Dios habla por las matemáticas”; según esta novedosa certificación de revolucionarios (apoyar o no apoyar a los candidatos del PSUV), el PCV es 73% revolucionario y 27% contrarrevolucionario. En síntesis, el PCV sería matemáticamente revolucionario.

No es cualquier cosa lo que ha dicho el Presidente Chávez, tal vez sin meditar la resonancia y repercusión de sus palabras más allá de la prensa local. Esta bien defender unas candidaturas, pero no era necesario presentarse como un verdugo dispuesto a exterminar personalmente a los comunistas, además de llamarlos contrarrevolucionarios, traidores, desleales, buscapuestos y mentirosos. Todo en una semana.

Si esto continúa así, muchos agentes del Departamento de Estado estadounidense y de la Comisión Europea contra el Comunismo se quedaran sin empleo. Y los organismos de inteligencia policial y militar de Venezuela, DISIP y DIM, redoblarán sus esfuerzos de “monitoreo y neutralización” contra el Partido Comunista de Venezuela, como en los “mejores tiempos” de los gobiernos del puntofijismo.

A los comunistas chilenos, exterminados físicamente -no como organización- por el régimen de Pinochet, no les hace ninguna gracia ese discurso propio de los anticomunistas. A los comunistas españoles, menos, al recordar a Franco. Para los comunistas de Turquía, Indonesia, Nepal, Japón, Grecia, República Checa, Sudáfrica, Colombia, El Salvador, Guatemala, “borrar del mapa” recuerda la muerte, la persecución, la cárcel, la tortura y la privación de empleos durante años. Ni siquiera al Partido Comunista Chino ha gustado semejante amenaza contra el PCV.

Llamo la atención no sobre el debate electoral, sino sobre el daño que le hace al futuro de la Revolución Bolivariana y al liderazgo del Presidente Chávez que lo perciban como un anticomunista. Entonces es preciso respondernos algunas otras preguntas.

¿Es posible una revolución socialista anticomunista? No, aunque algunos dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que preside Hugo Chávez, lo consideren viable.

¿Existe en el PSUV fuerzas anticomunistas? Sí, así como existen fuerzas no anticomunistas, corrientes procapitalistas, corrientes progresistas, corrientes reformistas, corrientes de superrevolucionarios, corrientes marxistas, corrientes antimarxistas, corrientes y hasta fracciones diversas en constante pugna por controlar el partido, por posicionarse en cada evento electoral interno y de cargos públicos.

¿Puede un dirigente incidir en la construcción del socialismo? Sí. No es lo mismo Hugo Chávez que Arias Cárdenas. No es lo mismo William Fariñas de próximo gobernador de Nueva Esparta que Alexis Navarro.

¿Es Chávez anticomunista? No. En 1994, después de salir de la cárcel declaró al periódico del PCV, Tribuna Popular: “No soy comunista, pero tampoco soy anticomunista”. Suficiente, más no se le puede pedir.

Sin embargo, las fuerzas anticomunistas que controlan parte del gobierno y del PSUV han hecho fiesta con la melodía del Presidente. Se ha desatado una verdadera arremetida ideológica y comunicacional, donde las agencias estadounidenses y la oligarquía aprovechan para colarse también y atizar la campaña contra el comunismo. Un verdadero fuego cruzado contra los comunistas venezolanos, sean militantes del PCV, del PSUV –que los hay- o sin militancia. Uno nunca sabe dónde hay un comunista.

Sólo falta que esa fracción del PSUV declare la “Semana del Anticomunismo” y pida una reforma constitucional –esta vez sí buscarían los votos- para insertar el inciso 6º de la Constitución gomecista de los años 30, que prohibía las actividades comunistas y los consideraba traidores a la Patria. Y que en vez de la consigna “Patria, Socialismo o Muerte” –que no les gusta mucho, aunque la repitan automáticamente- escriban en su bandera: “El único comunista bueno, es el comunista muerto”. Borrado del mapa, pues, exterminado, liquidado.

Estas fuerzas anticomunistas han logrado inducir el discurso del Presidente Chávez para defender sus posiciones en gobernaciones, alcaldías, gobierno nacional y en el PSUV. Cuando “Don” Luis Miquilena, el Coronel Luis Alfonso Dávila y el periodista Alfredo Peña eran los capos del MVR sucedía lo mismo. No es sólo una confrontación contra los candidatos del PCV y el PPT, también conspiran contra los propios candidatos del PSUV de la corriente de izquierda, juegan a su derrota para derrotar a Chávez y presionar después de las elecciones del 23 de noviembre.

Ciertamente, las fuerzas de izquierda avanzaron mucho en las elecciones internas por la dirección nacional del PSUV, ocuparon las posiciones principales, pero los suplentes son quienes dirigen el partido. Extraña democracia esa. La correlación de fuerzas dentro de un partido determina la preferencia por las alianzas. Por eso no se hizo ningún esfuerzo por activar la Alianza Patriótica. Si los reformistas de Podemos no hubiesen abandonado a Chávez hoy habría una alianza con ellos para las elecciones regionales.

En definitiva, el anticomunismo sirve al imperialismo, a la oligarquía, a los reformistas, a los amantes del capitalismo y de las corbatas marca Louis Vuitton, a los adoradores del “socialismo a la venezolana” de Teodoro Petkoff, a los promotores de la cogestión obrero-patronal, a quienes juegan al socialismo desde el Penthouse de un hotel.

Si los comunistas venezolanos en vez de un partido fuesen una tribu o una etnia, estaríamos hablando de limpieza étnica continuada desde el año de su fundación en 1931. Si en medio de esta orgía “socialista” anticomunista el PCV gana alguna gobernación o alguna alcaldía, sin el apoyo de Chávez, o simplemente logra más del 1% de los votos, será un fenómeno electoral.

Hoy los comunistas transitan el desierto y los “socialista democráticos” de la Revolución Bolivariana les niegan hasta el agua. Es tiempo de parar este linchamiento, para no repetir luego, junto con el poeta y dramaturgo alemán Bertold Brecht, el poema del pastor protestante Martin Niemoeller:

Primero vinieron por los comunistas, / pero yo no dije nada / porque no era comunista. / …Cuando vinieron por mí, / ya no había nadie / que dijera nada.

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